madrid - Lejos de buscar el consenso o calmar las aguas revueltas con la cuestión catalana, el Gobierno español lanzó ayer una andanada al proceso soberanista que lidera el president Artur Mas dibujando un escenario catastrofista para la ciudadanía catalana en caso de que se dé la secesión. La carga verbal llegó por boca del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien consideró que una posible Catalunya independiente sería “pasto fácil del terrorismo y el crimen organizado”. Así se expresó durante el coloquio celebrado en el Foro ABC, donde la pretensión del Ejecutivo del PP era anunciar un plan especial de cara a la lucha contra el yihadismo. Pues el titular de Interior prefirió ahondar en la diatriba del referendo señalando una vez más que, dentro de “la lógica independentista”, si Catalunya formara un Estado propio, “quedaría fuera de todos los tratados de la Unión Europea así como de la OTAN”. Algo que no está recogido literalmente así y que podría ser una cuestión meramente temporal.
“Fuera del paraguas protector de todas las agencias y servicios que garantizan en lo posible la seguridad ante las amenazas globales”, añadió el ministro, una Catalunya independizada “sería pasto del terrorismo y del crimen organizado fácilmente”. Una advertencia que se contradice con su previsión, ya que ni por asomo piensa en la posibilidad de que se produzca ni a corto ni a largo plazo la secesión. “Es y va a seguir siendo España”, dijo, recalcando las palabras de Mariano Rajoy respecto a la soberanía nacional y a la unidad del Estado español. Es más, a juicio de Fernández Díaz, la consulta del próximo 9 de noviembre “no se va a celebrar”, y es que Madrid tiene bajo la manga la carta del Tribunal Constitucional por mucho que desde el Govern se recurra a una Ley de Consultas catalana para avalar el referendo.
En este contexto, el ministro afirmó que no se ha planteado en ningún momento mediar, dado su origen catalán, entre Rajoy Mas, y certificó lo dicho por el líder del PP: que no hay nada que hablar con el dirigente de CiU mientras mantenga la convocatoria de la consulta. Fernández Díaz aprovechó para pedir a Mas “un poco de respeto” y “sentido común”, censurando que el presidente español haya tenido que enterarse del pacto para convocar la consulta por los periódicos.
Entre tanto, ERC reitera que estaría dispuesta a entrar en el Govern pero que antes espera que llegue un ofrecimiento formal por parte de Mas. Eso sí, los republicanos no quieren ni escuchar una alusión a un plan alternativo a la hoja de ruta que lleva al 9 de noviembre, descartando otros posibles escenarios, como unas elecciones plebiscitarias con una posterior declaración unilateral de independencia de carácter “suspensivo”, como barajaron a la agencia Efe círculos convergentes. Este carácter “suspensivo” implicaría que su aplicación efectiva estaría condicionada a un periodo de negociación con el Estado para completar una eventual secesión.
erc solo tiene un plan Pero según fuentes de ERC, el líder de este partido, Oriol Junqueras, y la número dos, Marta Rovira, no quieren “ni oír hablar” de “planes B” y reaccionan con enfado si desde CiU se “especula” acerca de unas “elecciones plebiscitarias” o de una declaración unilateral de independencia. Ello no significa que estén en contra de estas propuestas, sino que “prefieren no hablar” sobre ellas de momento a fin de “no debilitar” su objetivo principal que, para ERC, “es el de que el 9 de noviembre pueda haber una consulta”. De lo que sí hablan los dirigentes republicanos, en cambio, es de que la secesión “no se puede materializar en uno o dos días”, al margen de la vía utilizada para proclamarla, y recuerdan que los gobiernos británico y escocés han pactado una transición de 18 meses para el caso de que en el referendo de autodeterminación de Escocia gane el “sí” independentista.
Dirigentes de CiU prefieren enfatizar que ambas formaciones están concentradas en organizar la consulta avalada por la ley que está tramitando el Parlament, y que corre el riesgo de ser supendida por el Constitucional. - I. S.