Madrid - Beñat Aginagalde negó ayer ante los jueces de la Audiencia Nacional haber asesinado al exconcejal del PSE en Arrasate Isaías Carrasco el 7 de marzo de 2008, y aseguró que en aquella fecha ni siquiera militaba en ETA. Aginagalde afirmó en la vista del juicio celebrado ayer que ese día estuvo por la mañana en la Facultad de Medicina de la UPV/EHU en Donostia realizando un examen y que después una amiga le recogió y se fueron a comer a un bar de Hernani, donde, según declararon ambos, se enteraron del asesinato del exedil socialista. Además, señaló que no manifestó esto ante el juez tras ser extraditado por Francia el pasado mes de abril ya que fue a su llegada a la Audiencia Nacional cuando se le comunicó que estaba acusado de este asesinato y que desde entonces le ha llevado tiempo recordar qué había hecho ese día.
Aginagalde está acusado de matar a Isaías Carrasco cuando éste había salido de su domicilio y entrado en su coche sobre las 13.35 horas de dicho día, último de la campaña de las elecciones generales de 2008. El exconcejal del PSE falleció una hora después en el Hospital del Alto Deba, a donde llegó aún con vida.
Dos testigos En la vista comparecieron dos mujeres que fueron testigo de los hechos acaecidos aquella mañana en Arrasate. Una de ellas declaró que identificó fotográficamente al acusado sin dudas como el joven a quien vio huyendo tras la acción. Afirmó ante los jueces que vio a Isaías Carrasco desangrándose en el suelo y a una de sus hijas gritando desde la ventana de su casa.
La otra testigo, que no identificó al acusado, sí recordó cómo vio a un hombre disparando al coche en el que se había montado Isaías Carrasco y cómo éste salió del automóvil "agarrándose el pecho y cayendo en la carretera". Añadió que vio también salir de su casa a la mujer y a una hija de la víctima "corriendo y llorando", mientras que otros vecinos socorrían al exconcejal.
El fiscal Luis Barroso acusó a Aginagalde, perteneciente al comando legal Asti, de los delitos de asesinato terrorista y tenencia de armas de fuego. Por ello, solicitó para él 32 años de prisión, además de una indemnización de 200.000 euros para la mujer del fallecido y de 44.000 a los tres hijos. Mientras, la acusación particular, que también pidió 32 años de cárcel, reclamó 600.000 euros para la mujer de Carrasco y la misma cantidad conjuntamente para estos últimos.
Por su parte, Aiert Larrarte, abogado de Aginagalde, solicitó la libre absolución de su defendido al entender que no existe prueba suficiente para enervar su presunción de inocencia, al tiempo que señaló que su teléfono móvil acredita que no estaba en Arrasate cuando fue asesinado Isaías Carrasco. Asimismo, el letrado puso en duda la declaración de las dos testigos.
Durante la vista, la familia de Isaías Carrasco estuvo arropada por la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, y por una delegación del PSE de Gipuzkoa, encabezada por su secretario general, Iñaki Arriola. - Efe