barcelona - Una comisión gestora pilotará al PSC hasta un congreso extraordinario a finales de julio, mientras la incertidumbre y la división se ciernen sobre el socialismo catalán tras la renuncia de Núria Parlon a liderar el partido.

El Consell Nacional de ayer sirvió para la despedida de Pere Navarro como líder y para ratificar a la gestora que estará presidida por el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, y que pilotará al partido hasta el congreso y unas elecciones el 13 de julio en que la militancia decidirá quién será el primer secretario del PSC, jornada en la que también votará al nuevo secretario general del PSOE. Junto a Ballesteros, en la gestora estarán todas las federaciones del PSC.

El objetivo será organizar un congreso que con toda probabilidad tendrá lugar el 19 y 20 de julio -una semana antes que el del PSOE-, mientras que una semana antes, el día 13, se llevaría a cabo la votación del nuevo primer secretario por parte de la militancia, en el que los candidatos deberán reunir un 10% de avales de militantes.

La gestora "debe tener un tiempo breve y necesariamente un perfil políticamente bajo" en unos "tiempos complicados pero ilusionantes", relató Ballesteros a los medios.

Sin embargo, más allá de esta cuestión, el Consell Nacional de poco ha servido para clarificar el panorama inmediato del PSC, en el que parecía claro el consenso acerca de que la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) tomara las riendas del partido.

Pero justo cuando el ya exlíder del PSC, Pere Navarro, estaba pronunciando las primeras palabras de su presentación del informe político, Parlon anunciaba a los medios en el exterior de la sala que no iba a presentar candidatura a la primera secretaría. "Soy alcaldesa y la decisión que he tomado es no dar el paso adelante. Quiero centrarme en la alcaldía, es imposible materialmente poder llevar adelante la alcaldía, la primera secretaría y el trabajo parlamentario. No es compatible", explicó Parlon, que abandonó la sede tras sus declaraciones.

incertidumbre El anuncio provocó un gran impacto, por inesperado, en el seno del partido, y deja ahora un panorama de incertidumbre de cara al posible relevo de Pere Navarro, ya que la mayoría de principales líderes territoriales del partido han descartado ya optar al cargo. Aunque no se descarta que Joan Ignasi Elena, líder de la corriente Avancem, pueda presentar una candidatura, este escenario parece ahora poco probable, ya que las posiciones se alejan rumbo a una ruptura tras el no de Parlon, a quien daban el visto bueno.

Un distanciamiento aún más evidente por la ausencia ayer de Elena, Marina Geli y Núria Ventura, los tres diputados díscolos, que decidieron no acudir al no tener voz ni voto en el consejo, debido a la suspensión cautelar en sus cargos orgánicos.

En su último discurso como líder, Pere Navarro lamentó que la "fractura en el seno del grupo parlamentario envió un mensaje pésimo a la sociedad", pues "el PSC dejaba de estar unido en la diversidad, para convertirse en un partido dividido" y "los matices habían superado el proyecto".

Muy emocionado en algunos tramos de su discurso, Navarro se puso al servicio de la nueva dirección, aseguró que dará apoyo "incondicional" al nuevo líder y recordó que "hoy más que nunca es tiempo de inteligencia, responsabilidad y coraje".

Especialmente ante la crisis económica y la "irrupción" del "reto" soberanista: "El PSC fue diseñado para no tener que escoger entre el padre y la madre, entre Cataluña y España. Reivindico más que nunca que el PSC debe seguir siendo una fuerza política que sume diversidad, que haga bandera de la pluralidad y no caiga en un debate simplista o peligroso del o conmigo o contra mí". - Efe