Gasteiz - El deseo de poder decidir que llevó a las carreteras vascas a miles de ciudadanos hace tres días es una muestra de la "extendida" voluntad que existe en Euskadi de obtener respuestas ante un "problema político" del que el Ejecutivo español y los diferentes partidos deben tomar nota. Así lo consideran en el Gobierno Vasco, donde interpretan la cadena humana del pasado domingo como una clara demanda social para "avanzar" y lograr respuestas adaptadas a los "perfiles singulares" de la comunidad vasca.

Después de que 150.000 personas participaran, según datos de la organización, en la movilización que unió durante unos minutos Durango e Iruñea, el portavoz de Gabinete autonómico, Josu Erkoreka, destacó tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno que más allá de las llamativas instantáneas que se capturaron a lo largo de 123 kilómetros, la ciudadanía espera que acciones de esta índole tengan un reflejo práctico en la incorporación al ordenamiento jurídico del derecho a decidir, el leit motiv de la campaña emprendida desde la plataforma social Gure Esku Dago.

A partir de ahora, el Gabinete Urkullu recogerá el guante y mantendrá su papel de intermediador con la intención de propiciar el diálogo entre los diferentes agentes para llevar a buen término esta demanda. El escenario para lograrlo, según expresó Erkoreka, parte de la ponencia de autogobierno que se desarrolla en la incipiente fase de comparecencias y que hoy sumará un nuevo episodio con la intervención del alcalde de Vitoria, Javier Maroto, y el profesor universitario Koldo Saratxaga.

En este foro y en iniciativas paralelas que se pongan en marcha para avanzar en el camino hacia el derecho a decidir deberán seguir conjugándose las palabras "decidir, juntos y futuro", tres pilares, en opinión del portavoz del Ejecutivo autonómico que marcan la hoja de ruta en esta cuestión.

Precedentes Erkoreka recordó que la cadena humana potenciada por Gure Esku Dago, donde participaron a título personal dirigentes jeltzales como el propio presidente del EBB, Andoni Ortuzar, o el portavoz de este partido en el Parlamento Vasco, Joseba Egibar, no es la primera iniciativa de estas características que tiene lugar en Euskadi en los últimos años.

El lema Euskal Herria, bakea bai, erabakia bai protagonizó la marcha que en 2008 vinculó Gernika y Gasteiz, según apuntó Erkoreka, demandas que en lo que se refiere al llamamiento a la paz demuestran etapas superadas "definitivamente" y la posibilidad de centrar los mensajes reivindicativos en cuestiones políticas, se felicitó Erkoreka.

Además del portavoz del Ejecutivo autonómico, desde el PNV la presidenta del partido en Bizkaia, Itsaso Atutxa, también situó la ponencia de autogobierno como el lugar adecuado para que los jeltzales den continuidad a la demanda explicitada por los asistentes al acto reivindicativo de hace tres días. "Podemos darnos la mano en Gure Esku Dago y seguir trabajando en el seno de la ponencia", aseguró en una entrevista en ETB.

Ante la repercusión de la cadena humana, más que en la inesperada participación -los organizadores preveían contar con un tercio de los ciudadanos que finalmente secundaron esta propuesta- la dirigente jeltzale puso el acento en que el acto congregara a "muchas sensibilidades diferentes" y que se tradujera en una reclamación "festiva e intergeneracional".

Ante las críticas que han recibido los dirigentes del PNV que tomaron parte en el acto, Atutxa defendió que su partido "sigue el mismo camino" que ha defendido durante toda su trayectoria.

Una de las voces críticas con la suma de representantes jeltzales a la cadena humana fue la del alcalde de Gasteiz, quien afeó esta participaron en un evento donde la mayoría de los participantes "gritaban" a favor de la independencia. Ante la posibilidad de que Euskadi llega algún día a ser independiente, Maroto destacó que en lo que se refiere a sentido de pertenencia a la CAV no le "gana nadie", pero rechazó que el País Vasco se convierte en lugar como Lituania o Eslovenia que "no pintan nada" en la UE.