Barakaldo - Patxi López quiso zanjar ayer cualquier especulación sobre la posición de su partido ante el derecho a decidir. Como secretario general del PSE, fijó el criterio a seguir y trató de trasladar que el PNV no podrá contar con el socialismo para emprender ese viaje en la ponencia parlamentaria del nuevo estatus. Durante la reinauguración de la Casa del Pueblo de Barakaldo, y en compañía de otros portavoces destacados del PSE como Rodolfo Ares, Idoia Mendia o José Antonio Pastor, López vino a decir que solo cabe interpretar el derecho a decidir como la capacidad de gestionar y tomar medidas día a día sobre las competencias transferidas a Euskadi, de modo que, si se deseara ampliar ese margen de decisión, habría que pedir más transferencias competenciales para decidir sobre más materias. Entender el derecho a decidir de otro modo -decidir la independencia o la relación entre Euskadi y España- no sería posible.

López salió al paso de las voces que han tratado de destapar contradicciones en el PSE y que han desempolvado los Pactos de Loiola de 2006 para asegurar que en su momento el socialismo defendió el derecho a decidir. Esos pactos fueron negociados por PNV, PSE e izquierda abertzale, y contemplaban el respeto del Estado a las decisiones democráticas y tomadas en ausencia de violencia por la ciudadanía vasca, aunque ETA terminó dinamitando el acuerdo. La exconsejera de Empleo con Patxi López, Gemma Zabaleta, daba más argumentos al anunciar su participación en la cadena humana por el derecho a decidir de Gure Esku Dago. López quiso atajar cualquier especulación y evitar que el PSE proyecte aunque sea mínimamente una imagen de división como la del socialismo catalán, y para ello dedicó la parte final de su discurso -no se pronunció porque los periodistas le preguntaran por la polémica, sino por propia iniciativa- a aclarar su posición. Además, un discurso con matices sobre el derecho a decidir podría perjudicar al PSOE a nivel estatal y ser utilizado por el PP para acusarlo de no defender la unidad de España.

canadá Pero no solo Loiola podría incomodar al PSE. En algunos ámbitos se señala que su postura no sería tan monolítica, ya que algunos socialistas rechazan el derecho a decidir entendido como una consulta que produzca inmediatamente efectos jurídicos y lleve a la independencia, pero no se oponen tanto a seguir el modelo de la Ley de Claridad de Canadá ante Québec, que dejaba muy en manos de Canadá un proceso secesionista, ya que se reservaba la potestad de anular el resultado de la consulta y fijar las mayorías necesarias. En puertas del Congreso de febrero de 2013, unos afiliados propusieron dos enmiendas en las que se planteaba asumir esa vía para que el PSE no quedara relegado a la marginalidad.

El exalcalde de Donostia Odón Elorza ha defendido ese modelo, y el sábado volvió a aludir a él tangencialmente en El Periódico de Catalunya. En una entrevista concedida a este periódico en septiembre, tampoco Idoia Mendia se opuso a una consulta legal y pactada, aunque cargó contra el derecho a decidir. El PSC aún no se había descolgado del proceso catalán y seguía defendiendo sin complejos una consulta legal y pactada. Si el PSE defendiera ahora una Ley de Claridad, podría tensionar su relación con el PSOE, aunque puede tener más argumentos tras la sentencia del Constitucional, que reconoce que ese derecho -el PNV aboga por pactar su ejercicio- es una aspiración política. Pastor, por su parte, pidió a Urkullu que cumpla el pacto con el PSE y se centre en la crisis.

Con tono firme, López se mostró dispuesto a "mejorar lo que ahora tenemos", lo que sonó a reforma estatutaria al uso, ya que habló de profundizar en el "autogobierno como forma de gestionar nuestra realidad". Sobre el derecho a decidir, aseguró que "lo ejercemos todos los días; cada uno, personal o colectivamente, en base a sus competencias". "Otra cosa no sería posible. Y, si alguien quiere ampliar su margen de decisión, que siga los cauces legales y legítimos para hacerlo posible, aumentando sus competencias. No valen atajos ni trampas", sentenció. Si el PSE remitiera al PNV a una reforma constitucional sobre ese derecho, el veto de PP y PSOE estaría garantizado. Tras asegurar que cuando los abertzales hablan de derecho a decidir camuflan la independencia, apostó por "seguir decidiendo juntos todos los días sobre economía, empleo, peajes o basuras". No dijo una palabra sobre Loiola, pero aseguró que el discurso del PSE es el de siempre.