bilbao - La respuesta que ha dado el Gobierno español al emplazamiento de diálogo lanzado durante el Aberri Eguna por el lehendakari, Iñigo Urkullu, no por ser esperada ha dejado de disgustar al Gobierno Vasco. Fuentes del Ejecutivo jeltzale rechazaron ayer el planteamiento realizado el lunes por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que aceptó la invitación al diálogo, eso sí, siempre "dentro de la legalidad y que incluya a todos los territorios que forman la nación española". Para el Gobierno liderado por Urkullu, esta oferta "se parece demasiado al café para todos" que, a su parecer, ha derivado en la actual situación de desafección e incluso ruptura de nacionalidades como la vasca o la catalana, y en el "fracaso" del Estado de las Autonomías.
Y es que las declaraciones de Urkullu durante el Aberri Eguna, en las que reclamó diálogo al Gobierno de Mariano Rajoy para un acuerdo político que tenga como base un nuevo estatus de Euskadi acorde con los nuevos tiempos, siguen generando reacciones en un contexto político de altísima crispación derivada del enfrentamiento entre la Generalitat catalana y el Ejecutivo español. De hecho, la fórmula de Urkullu de "diálogo, negociación, acuerdo, ratificación" sobre el nuevo estatus, un proceso que acaba de arrancar en el Parlamento Vasco, está siendo utilizada por el Gobierno del PP para tratar de contraponerla a la voluntad de independencia de Catalunya declarada sin ambages por la mayoría política de esa comunidad.
Esta intentona de confrontar dos modelos, con la pretensión sin duda de desactivar el proceso soberanista catalán -que se enfrenta de manera casi inminente a una convocatoria de consulta soberanista-, fue rechazado ayer por el Govern catalán, cuyo portavoz, Francesc Homs, mostró su "profundo respeto" por la propuesta de Urkullu. También huyó de las equiparaciones el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, quien reiteró que los momentos políticos de Euskadi y Catalunya son "diferentes".
Para el PP de Rajoy la propuesta de Urkullu -que según concretó durante el Aberri Eguna pretende un "modelo confederal" basado en la bilateralidad y el respeto a los derechos históricos- es poco menos que una nadería surgida al calor de la reciente negativa del Congreso a la petición catalana para convocar consultas populares. "Tengo la impresión de que últimamente hay demasiadas ocurrencias", espetó ayer el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, cuando le preguntaron por la propuesta del lehendakari.
sí al diálogo, pero... Fuentes del Gobierno Vasco consultadas por este diario reiteraron ayer la "voluntad de diálogo" del Ejecutivo de Urkullu, pero puntualizaron que, pese a que el lehendakari "siempre" ha apostado por un "pacto de Estado ante la necesidad de un nuevo modelo" territorial, el procedimiento y el debate sobre el nuevo estatus de Euskadi "está residenciado" en la ponencia que el Parlamento Vasco ha iniciado recientemente. Con todo, el Ejecutivo vasco advierte de que la propuesta que Margallo "deja vislumbrar" se "parece demasiado al café para todos", como se denominó aquella decisión tomada en el periodo de la Transición de crear autonomías allá donde ni siquiera había demanda con el objetivo de desactivar las reivindicaciones de nacionalidades históricas como la vasca, la catalana y la gallega. A juicio del Gobierno del PNV, ese café para todos ha llevado a la actual situación y "ha devenido además en el fracaso del modelo de Estado de las Autonomías, desconsiderando las comunidades históricas representativas de las nacionalidades reconocidas en la Constitución española".
Dichas fuentes de Ajuria Enea respondieron también a la apelación del ministro Margallo al diálogo y a asumir la legalidad. Respecto al primer requerimiento, desde Gasteiz se apela a pasar "de las palabras a los hechos". "Tenemos la amarga experiencia de 35 años de buenas palabras", resumieron. De manera paralela, el Gobierno respondió a la demanda del ministro de respetar las leyes recordando el "flagrante incumplimiento estatutario" que han demostrado desde La Moncloa sucesivos ejecutivos del PP y del PSOE.
La propia Constitución En este sentido, estas mismas fuentes reiteraron que el lehendakari anima al Gobierno de Rajoy a "tomar en consideración" el artículo dos y la disposición adicional primera de la Constitución, que garantizan el derecho a la autonomía de las nacionalidades, los derechos históricos de los territorios forales, y la posibilidad de actualización de dicho régimen foral, que se llevará a cabo de acuerdo con la Carta Magna y el Estatuto de Gernika.
Los partidos también se posicionaron sobre el planteamiento del ministro Margallo. Para el diputado del PNV Pedro Azpiazu, no es lógico que el futuro de Euskadi se decida fuera. "Poco interés tiene que tener un ciudadano murciano en decidir sobre el futuro de Euskadi", evidenció. Por ese motivo, abogó por reformar la Constitución y otras leyes "que impiden que las cosas se hagan con sentido común". La portavoz del PSE, Idoia Mendia, se limitó a asegurar que "hay que esperar a ver los hechos" una vez que Margallo se mostró dispuesto al diálogo.