BILBAO - "Las insidias a nuestro Gobierno proceden de quienes nos han endeudado hasta la cejas". Así de rotundo se manifestó Iñigo Urkullu el pasado domingo en su alocución durante la celebración del Aberri Eguna, culpando al Ejecutivo de Patxi López de haber dejado una herencia en forma de deuda que ronda los 7.500 millones de euros. Un escenario que el PSE, por boca de su secretario general vizcaino, José Antonio Pastor, reconoció ayer, pero que condicionó a las diferentes inversiones puestas en marcha durante la legislatura del cambio, que se afanó, a su juicio, en "no recortar servicios públicos". El dirigente socialista enfatizó asimismo la "atonía" que observa ahora en Lakua, donde -dice- se habla más "de esencias identitarias y nueva nación en Europa", sin que, según Pastor, el lehendakari haya sido capaz de desmentir "algo que era cierto", la denuncia respecto a que el Gobierno Vasco está "paralizando pagos, reteniendo gastos y no cumpliendo los compromisos adquiridos en el plan de empleo".
"Por mucho que el lehendakari quiera disimular, lanzando acusaciones hacia los socialistas sobre la emisión de la deuda, quiero recordarle que en la época del Gobierno socialista se aumentó la deuda, es cierto, pero se hizo para no recortar servicios públicos, poner en marcha el plan renove o infraestructuras hospitalarias que ahora inaugura Urkullu", justificó Pastor, criticando que el Ejecutivo jeltzale se haya endeudado el pasado año "en más de 1.000 millones" y "en otros tantos en el presente ejercicio", pero "además, haciendo recortes", precisó.
En su discurso, Urkullu quiso responder a las acusaciones del portavoz parlamentario del PSE, refrendadas por otros compañeros de partido, donde insinuaban una quiebra del Gobierno liderado por el PNV, llegando a afirmar los socialistas que se ha dado una orden a los diferentes departamentos de "retener el 20% de los créditos de los capítulos de gasto corriente, inversiones y subvenciones", como consecuencia de la caída de la recaudación fiscal a finales del año pasado y comienzos de éste. El lehendakari, aparte de negar la existencia de ninguna indicación de ese tipo y cuantía, descartó que se vaya a paralizar ningún plan o programa que esté ya en marcha, y remarcó que seguirá guiándose por la máxima de gastar sobre lo que se tiene.
Sin embargo, Pastor instó a Urkullu a "ponerse las pilas y dedicarse a gestionar los problemas de los ciudadanos de este país", algo que entiende no ha hecho el jeltzale durante su año y medio de legislatura. Ya la pasada semana la portavoz del PSE, Idoia Mendia, pidió al lehendakari que "no se escude" en la deuda heredada y fije prioridades en los gastos que, a juicio de los socialistas, deben centrarse en las medidas de choque para crear empleo. Además, en la misma sintonía que Pastor, aseguró que "el problema" es que el Gobierno Vasco "ha ocultado que hay problemas de recaudación y de ingresos" y que "hay que ir ajustando y priorizando" en el gasto.
Los socialistas han solicitado la comparecencia del consejero de Hacienda en el Parlamento Vasco y planteado varias preguntas para conocer el alcance de los retrasos, en los pagos de hasta el 20% de los capítulos 2, 4 y 7. "Menos huidas hacia delante y más concretar respuestas", zanjó Pastor.