Bilbao - La estrecha relación de Teodoro Obiang Nguema, presidente de Guinea Ecuatorial desde 1979, con el Estado español ha sido siempre motivo de controversia. No en vano, organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch lo acusan de hostigar a opositores, activistas y periodistas de la antigua colonia española. Una polémica que se ha reactivado esta semana al ser el único jefe de Estado presente en el funeral de Estado por Adolfo Suárez, donde la Casa Real evitó que quedara constancia gráfica del saludo entre el dictador y el rey Juan Carlos.
Y es que, pese a la desigualdad extrema del país africano, su riqueza petrolera parece otorgar inmunidad al dictador, que ha sido recibido y tratado como amigo por diversos dirigentes internacionales
Así, esta difícil relación con el Estado español viene de muy atrás. En marzo de 2004, Obiang denunció la existencia de un complot para acabar con él que incluiría los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido y España. Quince personas fueron arrestadas y un avión detenido en Harare (Zimbabue), cuyas autoridades declararon que llevaba a un grupo de mercenarios que intentaban derribar el gobierno de Obiang.
En noviembre de 2006 visitó España con el objetivo de persuadir a los partidos políticos para que las empresas invirtieran en Guinea Ecuatorial. Fue recibido por el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero y por el jefe de la oposición, pero varios grupos parlamentarios se opusieron a su comparecencia en el Congreso de los Diputados, la cual acabó siendo cancelada. - DNA