madrid - Antonio María Rouco Varela no piensa dejar el púlpito sin pasar a la historia por sus grandes proclamas, más desafiantes que conciliadoras. El expresidente de la Conferencia Episcopal Española y todavía arzobispo de Madrid, pese a que hace más de dos años está en prórroga aun habiendo superado la edad de jubilación, volvió a pronunciar una frase de las que marcan época en el escenario solemne del funeral de Estado del expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez. El cardenal valoró del mandatario que "buscó y practicó tenaz y generosamente la reconciliación en los ámbitos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la Guerra Civil, los hechos y las actitudes que la causaron" y, añadió en tiempo verbal presente, "que la pueden causar". Un mensaje destinado al consumo interno, pese a que la catedral de La Almudena estaba ayer plagada de dignatarios extranjeros.
Por si cabía alguna duda de las intenciones del cardenal, explicó que "la concordia fue posible" con Suárez y se preguntó: "¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas?". Su alusión a las autonomías fue seguida muy de cerca por el president de la Generalitat, Artur Más, sentado a escasos metros del arzobispo de Madrid, junto al presidente gallego, Alberto Núñez Feijoó, y a dos bancos de distancia de Mariano Rajoy.
La ceremonia estuvo presidida por los reyes de España y a la misma acudieron la totalidad de presidentes autonómicos, incluido el lehendakari, Iñigo Urkullu, así como el conjunto de las autoridades del Estado, el Gobierno español, los expresidentes -Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero volvieron a ser objetivo de los flashes conversando en aparente armonía, pese a su indudable animadversión- y la familia y allegados del finado.
También acudieron a la ceremonia una veintena de mandatarios internacionales, entre ellos el presidente y el vicepresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso y Joaquín Almunia; los viceprimer ministros británico y portugués, Nick Clegg y Paulo Portas; el primer ministro marroquí, Abdelilah Benkiran, y el vicepresidente de Argentina, Amado Boudou.
el dictador obiang Sin embargo, destacó sobremanera el único jefe de Estado presente en la ceremonia, el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. La incomodidad de su presencia se evidencia en que la Casa Real evitó que quedara constancia gráfica de la imagen del dictador saludando al rey Juan Carlos.
Al término de la ceremonia, todos los presidentes autonómicos esperaron protocolariamente a que abandonaran la catedral los reyes, los príncipes de Asturias y Mariano Rajoy. Mas tarde, Iñigo Urkullu y Artur Mas abandonaron la iglesia mientras charlaban. Además del lehendakari, acudieron en representación del PNV, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, los diputados Aitor Esteban y Emilio Olabarria y la senadora Rut Martínez.