BILBAO - "Nos vamos. Este pueblo se va". Así describió el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, la estrategia reformulada por la izquierda abertzale -puesta en escena ayer por su partido, LAB y Ernai- y que plantea desde la unilateralidad la "vía vasca -Euskal bidea- hacia la independencia de Euskal Herria", basada en el derecho a decidir y previo logro de nuevos estatus políticos para la CAV, Nafarroa e Iparralde. Este camino supone la adaptación al contexto actual del plasmado hace cuatro años en el documento Zutik Euskal Herria, donde se apostaba exclusivamente por las vías políticas y pacíficas. Este nuevo planteamiento emplaza también al PNV a sumarse a la iniciativa soberanista, que espera contar con bases concretas de cara al próximo Aberri Eguna.

"Queremos abrir todas las puertas a la independencia para construir un Estado vasco, libre, independiente, euskaldun y feminista", ilustró Arraiz, quien rechazó la bilateralidad que, por ejemplo, trata de promoverse desde el Gobierno Vasco, porque ello supondría "encadenarse fatalmente a la voluntad política de Madrid y París". El líder de Sortu apeló a la confrontación "democrática", a sabiendas de que "la oferta de los estados es la negación de Euskal Herria, la represión y vulneración de los derechos civiles y políticos. Si este país pretende situarse en un escenario diferente, la confrontación es inevitable e imprescindible". Para ello, abogó por "la acumulación de fuerzas como una nueva forma de entender las alianzas", una entente soberanista que alcance "lo social y sindical". Con estas bases, la izquierda abertzale propulsa un tránsito desde un horizonte presente "no democrático" a uno "pleno de derechos para todos", en el que todos los proyectos "sean materializables en igualdad de condiciones".

Unidad territorial En este contexto, apeló a adoptar "decisiones soberanas sobre el euskera, la cultura y un sistema educativo propio, impulsando los símbolos nacionales", consciente Arraiz de que "todos los ámbitos que nos hacen pueblo y país son los que tenemos que desarrollar dentro de esa vía vasca" que, según aseguró, tiene "una asignatura pendiente fundamental, que es la unidad territorial". En este terreno, prometió propuestas concretas y "flexibles" con el fin de fomentar "la cohesión entre los territorios vascos", para lo cual estimó inexcusable realizar un debate respecto "a los nuevos estatus necesarios" dentro de cada uno de los tres ámbitos territoriales. Es decir, "sinergias internas que puedan superar todos los obstáculos y dificultades para conseguir abrir las puertas hacia la independencia".

Tras precisar que desde el Estado español y francés no se ha trasladado ninguna "oferta democrática", insistió en que se debe pasar "de un marco completamente agotado a otro en el que se respeten todos los derechos a todos los ciudadanos vascos". Y en esta andadura la izquierda abertzale incluye a "todos los agentes que consideren Euskal Herria como nación, y el PNV es uno de ellos". "En todos los ámbitos institucionales, y el Parlamento Vasco es uno de ellos, intentaremos llevar adelante esta vía vasca, que no solo va a estar en el Parlamento de Gasteiz", matizó el dirigente de Sortu, quien aseveró que no hay fecha establecida para lograr este objetivo porque quieren que este sendero sea "lo suficientemente flexible como para que los sujetos políticos y sociales no se sientan atados ni encorsetados". "Los acuerdos que se tienen que hacer llevarán su tiempo", aventuró.