vitoria. Arantza Quiroga sigue buscando su sitio en el PP del País Vasco casi un año después de suceder a Antonio Basagoiti al frente del partido, pero también trata de cimentar el papel de eje entre Gasteiz y Madrid que pretende conferir a su partido. Durante las últimas semanas, la presidenta de los populares vascos ha desplegado una actividad de interlocución respecto al final de la violencia de ETA, inhabitual en un partido que solo ostenta diez de los 75 parlamentarios de la Cámara vasca. Fruto de estos movimientos es la confirmación de la visita a Euskadi en las próximas semanas del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

El viaje es una iniciativa de la formación de Quiroga, a la que el también presidente del Partido Popular ha accedido con el objetivo de reforzar el "liderazgo" del final de la violencia de ETA junto con el PNV y el PSE, según manifestó ayer el portavoz de los populares vascos, Borja Sémper. La opinión generalizada en Euskadi, que comparten incluso los socialistas, de que el inmovilismo del Gobierno del PP está entorpeciendo el proceso de paz estaría también detrás de los movimientos de la líder popular por hacer partícipe a Rajoy de una estrategia conjunta con jeltzales y socialistas.

Quiroga sostiene que "no se puede dejar a la izquierda abertzale que lidere el final de ETA" ni dar la sensación de que la organización no está derrotada. "Solo quedan los flecos del final y los demócratas tenemos que ponerlo en valor", opina a pesar de que este es uno de los puntos más criticados por sectores del PP y por algunas víctimas del terrorismo.

Así se interpreta más a las claras desde fuera del partido. El diputado socialista Ramón Jáuregui aseguraba ayer mismo que "la interpretación de que ETA sigue o de que políticamente está venciendo" es una idea que se ha formado en "una burbuja mediático-política de la ciudad de Madrid, de la política del PP". En este sentido, agregó que el PP de la CAV le está pidiendo a Rajoy, "que se acerque". "El PP vasco está expresando un sentimiento colectivo en la comunidad vasca", manifestó Ramón Jáuregui.

Aún sin fecha para el viaje de Rajoy a Euskadi, es seguro que, antes de esa cita, el presidente español recibirá en La Moncloa al lehendakari, Iñigo Urkullu, después de que ambos mandatarios acordasen a finales de diciembre el encuentro. Lehendakaritza sigue la espera de que el presidente español concrete la fecha del encuentro de Urkullu en La Moncloa, en el que el lehendakari transmitirá nuevamente a Rajoy las mismas iniciativas que le ha hecho llegar hasta ahora sobre la flexibilización de la política penitenciaria y la memoria.

Será posiblemente tras esta reunión en Madrid cuando Urkullu recibirá en Lehendakaritza a Quiroga, que le solicitó el encuentro para tratar de "restablecer y fortalecer la unidad política" tras la manifestación del día 11 convocada por PNV, Sortu y otros partidos y sindicatos abertzales, una marcha que suscitó en sectores del constitucionalismo el temor de que los jeltzales reeditaran la política de bloques del Acuerdo de Lizarra. En paralelo, el presidente del Gobierno español tiene previsto realizar otra visita a Bilbao el 3 de marzo pero con motivo de un acto puntual ya que acudirá a una cumbre económica.

ofensiva El viaje de Rajoy pactado en los últimos días con la intermediación del PP de la CAV se enmarca en la ofensiva que la líder popular inició después de verano para no quedarse fuera del acuerdo de la reforma fiscal que en aquellos momentos ultimaban en Euskadi PNV y PSE. Quiroga conjuró sus miedos a que la decisión de los jeltzales de optar por los socialistas como socio principal para sus acuerdos de legislatura marginara del todo al PP, que por otra parte necesitaba de apoyos para gobernar en las instituciones alavesas. Así que, además de su incorporación al pacto fiscal PNV-PSE, el partido de Quiroga también contribuyó a la aprobación de los primeros Presupuestos de Urkullu.

En paralelo Quiroga restablecía la comunicación directa con Rajoy después del desplante que le hizo la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, que no la invitó a la reunión que mantuvo con el Gobierno vasco y la formación jeltzale. Al primer encuentro en La Moncloa el pasado octubre, le ha seguido una segunda cita la semana pasada en la que se analizó la situación política de Euskadi tras la manifestación del día 11. De aquella reunión trascendió que el PP se dio por satisfecho con las aclaraciones del PNV -que había remarcado que la convocatoria conjunta fue "excepcional"- y se mostró dispuesto a "dejarse pelos en la gatera si los otros lo hacen".