madrid. A Mariano Rajoy no le salió del todo bien su viaje a Estados Unidos. El presidente español estaba muy interesado en que Barack Obama hablara públicamente acerca de la cuestión catalana para criticarla, e incluso condenarla, pero las gestiones desde La Moncloa resultaron negativas y su homólogo se negó en redondo. Según desveló ayer El Confidencial Digital, de fuentes diplomáticas, el mensaje que llegó al gabinete de Presidencia, procedente de Washington, fue muy claro: "El estatus" de Catalunya "es una cuestión interna española". La respuesta se recibió en Madrid solo días antes de que ambos mandatarios se reunieran en la Casa Blanca, contestación que procedía concretamente del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, organismo encargado de asesorar a Obama en asuntos de política exterior.
Pero además escondía otro recado al Ejecutivo de Rajoy. No solamente se refería a que el tema catalán era una cuestión interna del Estado, y por tanto no procedía tratarlo en el encuentro bilateral, sino que también le recordaba que es un tema que deberá resolver el Gobierno español de acuerdo con las leyes propias y la Constitución: "Tendréis que resolverlo vosotros". Y aunque este tema no salió en el cara a cara entre los dos presidentes, sí vio la luz en la rueda de prensa posterior. El líder de PP se vio sorprendido por una pregunta y salió del paso afirmando que esa eventual independencia "no se va a producir". Lo cierto es que Rajoy buscaba el espaldarazo de Obama, porque dice tener el de los dirigentes europeos, y no lo encontró.