bilbao. El lehendakari José Antonio Ardanza advirtió ayer de que la herida -en referencia a la violencia terrorista- no se cerrará si lo que se pretende es que los presos se pudran en la cárcel. Con la autoridad moral que le confiere el haber estado al frente del Gobierno Vasco en los momentos más duros de la actividad de ETA, José Antonio Ardanza aseguró ayer en una entrevista concedida a Radio Euskadi que la organización armada ha "perdido todos los trenes que la historia le ha ofrecido para liquidar su historia", por lo que le instó a que dé el paso decisivo que, a su juicio, le reclama la sociedad vasca. "Si se ha retirado de la circulación, que anuncie y comunique a sus bases que se ha disuelto y no hay más armas", manifestó.
A su entender, una vez que ETA se decida a dar este paso llegará el momento de cerrar esa etapa -la de la violencia- y, en ese sentido, aseguró que "si lo que se pretende es que los presos de ETA se pudran en la cárcel y mientras vivan permanezcan ahí, eso va a impedir que se cierre esta desgraciada herida".
El lehendakari Ardanza criticó asimismo la cerrazón que mantiene el PP, aunque reconoció que los populares de la CAV se están dando cuenta de que deben ser más finos en esta cuestión. Ardanza recordó a los dirigentes del PP que no se puede mezclar soberanismo con ETA puesto que la reivindicación nacionalista es anterior al nacimiento de la organización armada. "Ya no hay excusas de que está la violencia, de que ya no se puede hablar con libertad en el Parlamento. El PP que plantee lo que quiera sobre memoria, paz y convivencia. Si la violencia ha desaparecido, qué impide que nos sentemos a hablar", se preguntó.
Ardanza compartió micrófonos en la radio pública vasca con quien fuera su vicelehendakari, Ramón Jáuregui. El veterano dirigente socialista instó al Gobierno de Mariano Rajoy a actuar de una manera "más natural e inteligente" en la cuestión de los presos. Jáuregui coincidió con Ardanza en el hecho de que la historia de ETA ha terminado con un "fracaso absoluto" de la organización armada, aunque, a su juicio, "en Madrid hay un curioso clima, como el de atribuirle la victoria a ETA".
A su entender no se ha producido la ecuación "paz por presos", por lo que es necesario ir superando el nuevo tiempo y para ello reclamó "inteligencia y generosidad" en materia penitenciaria.
Para Ramón Jáuregui está en juego "consolidar el proceso, construir un relato fiel y cerrar heridas", una tarea para la que considera necesaria la aportación de las fuerzas políticas vascas. Sin embargo, el diputado socialista recordó que aunque todos consideran que el final de ETA es definitivo, aún quedan pasos por dar. "Tenemos que conseguir que ETA desaparezca y se produzca el desarme", apostilló.
Sin embargo, pese a esta multiplicación de voces reclamando un giro en la política penirenciaria del Gobierno del PP, el presidente del Ejecutivo español mantuvo ayer el discurso del que no se ha apeado desde que llegó a La Moncloa. En una comparecencia conjunta con el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, Mariano Rajoy necesitó solo seis palabras para contestar a una pregunta sobre la posibilidad de que se produzca un giro en la política penitenciaria del Gobierno español. "No hay cambios en política penitenciaria", respondió de forma lacónica.
Desde el PP de la CAV, su secretario general Iñaki Oyarzábal puso condiciones para un posible cambio en materia de presos. "La disolución de ETA supondría inmediatamente el fin de la dispersión, el acercamiento y la posibilidad de que los presos que quieran acogerse a beneficios pudieran hacerlo", sentenció, para añadir que "no se puede pretender que sea al revés".