Bilbao. ¿Por qué el Gobierno español hace como si no hubiera pasado nada en Euskadi?

Porque tiene muchos frentes y porque, por paradójico que resulte su-brayarlo, tiene la seguridad plena de que la decisión de ETA ya no tiene vuelta atrás. Entonces, está actuando irresponsablemente porque llega a la conclusión de que, si lo de ETA es irreversible, qué necesidad tiene de arriesgar y por qué va a cambiar las políticas, tal y como refiere el ministro del Interior. No obstante, en los últimos meses ha recibido mensajes clarísimos y uno bien concreto fue la manifestación del sábado.

¿Habrá más respuestas si la excepcionalidad, como la prohibición de la marcha por los presos, empieza a convertirse en norma?

Esperemos no tener más situaciones excepcionales. Había que responder con nitidez y contundencia, esa es la reflexión que ha llevado al PNV a dar un paso al frente y decir lo que piensa la inmensa mayoría de este pueblo: se le dice stop a Madrid, que por ahí no.

¿Qué le transmitieron los dirigentes de Sortu después de la marcha?

Hay una frase que resume todo esto, y es cuando en la propia manifestación un dirigente de Bildu decía que qué gran oportunidad se estaba perdiendo para transmitir lo que se debía con la fuerza del silencio. Porque él mismo observaba que cuando se gritaban consignas al paso de miembros del PNV había una especie de reproche o rabia contenida. La izquierda abertzale tiene mucho recorrido que hacer para pedagogizar a esa gente que todavía piensa que a través de una negociación se va a conseguir no sé si la autodeterminación o la independencia, pero también la amnistía.

¿Qué le parece la decisión del juez de encarcelar a los ocho miembros del grupo de interlocución de los presos?

Se dieron a conocer públicamente como un grupo interlocutor con los presos, por lo tanto esa es su función. Y concluir que son un brazo operativo más de la organización armada es tanto como acusarles de pertenencia a banda armada cuando hace dos años y dos meses que ETA declara el alto el fuego definitivo, el abandono de la estrategia violenta. Rescatar y bautizar en este momento a un grupo de coordinación como brazo operativo de la organización armada resulta cuanto menos chocante.

¿Ve a ETA disuelta a corto plazo y a la izquierda abertzale tomando definitivamente el timón político?

Cuando ETA estaba en activo y de vez en cuando declaraba un alto el fuego, resulta que tenía una interlocución, y ahora que lo ha dejado no se le sienta nadie al otro lado de la mesa. Eso es un drama, pero la unilateralidad que ha guiado todo este proceso no debe parar y debe llevar a adoptar las decisiones correspondientes en torno al desarme y la disolución.