vitoria. "Hay otros modelos en el mundo actual que responden más fielmente a lo que pueda ser la voluntad de la ciudadanía". En una semana marcada en la política española por la precaria salud exhibida por el rey en el acto de la Pascua Militar el lunes y la -segunda- imputación a su hija, Cristina de Borbón, por supuestos delitos fiscales y de blanqueo de capitales en el marco del caso Nóos el martes, el debate público sobre la conveniencia o no de una abdicación del monarca y sobre la propia institución de la Corona se ha reabierto con fuerza. Una cuestión en la que ayer terció, a preguntas de los periodistas, el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el marco de la presentación del convenio firmado entre el Gobierno Vasco y los rectores de las tres universidades de la CAV para el desarrollo del Plan de Paz y Convivencia. Y lo hizo para abogar con contundencia por la necesidad de replantearse el modelo de Estado, en favor de otros más ajustados a la voluntad ciudadana. "¿La república?", preguntó uno de los periodistas. "Evidentemente, no voy a decir la dictadura", sentenció el lehendakari.

"Yo lo que me pregunto constantemente es si la monarquía está obrando en función del papel que supuestamente, teóricamente, le corresponde, más allá de situaciones físicas y personales que respeto", dijo Urkullu, cuestionado por la fragilidad y los titubeos del rey durante su discurso de la Pascua Militar. Una debilidad en torno a la que ya el martes el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, declaró que "en los sitios, hay que saber estar y saber irse a tiempo".

debate más amplio Pero Urkullu evitó manifiestamente ayer entrar en ese debate en torno a la conveniencia o no de una abdicación para elevar la discusión al propio sentido de la institución de la monarquía en este tiempo. "Creo que la pregunta más trascendental hoy es si la monarquía ha venido desempeñando y desempeña el papel que le corresponde en lo que pueda ser armonizar, moderar, la relación y la realidad institucional, desde el respeto a las nacionalidades y naciones históricas en el Estado español", cuestionó Urkullu. No es la primera crítica en este sentido que desde las filas jeltzales se hace a Juan Carlos I en los últimos días. Algo similar ya dijo el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, al hilo del mensaje del rey en Nochebuena, negándole la condición de "intermediario" para la convivencia por su discurso en torno a "una gran nación española", porque "la realidad es que hay varias naciones en este Estado y, mientras no se asuman esas circunstancias, conseguir un punto de encuentro va a ser complicado".

El lehendakari ayer, en un primer momento, se mostró remiso a pronunciarse explícitamente en favor del modelo republicano. "Si partidos que se dicen constitucionalistas (...) han tenido en su ADN el planteamiento de la república y ni siquiera se atreven a la modificación de la Constitución española para plantear otro modelo de Estado diferente, qué le voy a decir yo desde lo que es una representación institucional en la que ostento la representación del Estado", dijo.

De hecho, la de ayer es la primera vez que Urkullu como lehendakari se muestra crítico con la pervivencia de la institución monárquica, aunque ya hizo un discurso similar como presidente del EBB del PNV en abril de 2012, a raíz del polémico episodio de la caza de elefantes en Botsuana por parte del rey, cuando ya tachó de "anacrónica" la institución de la monarquía y defendió "otro modelo" para la jefatura del Estado.

Ayer, ya como lehendakari, abundó en esta línea. "No creo que la monarquía sea en esta Europa occidental el modelo más representativo", explicó ante las preguntas de los medios de comunicación, porque "hay otros modelos en el mundo actual que responden más fielmente a lo que pueda ser la voluntad de la ciudadanía". "¿La república?", se le preguntó hasta en dos ocasiones. La primera, en castellano, para responder "evidentemente, no voy a decir la dictadura". La segunda, en euskera, para sentenciar, "claro que sí".