cada semana que pasa, vivimos pequeños avances en el final del terrorismo. La celebración de la Conferencia de Aiete el 17 de octubre de 2011 fue a la declaración del "cese de la actividad armada" de ETA tres días más tarde lo que el Foro Social, las declaraciones de dirigentes históricos como Iñigo Iruin apostando por una nueva hoja de ruta ante el inmovilismo de Rajoy, la sentencia de Estrasburgo, el comunicado del EPPK y la manifestación del sábado serán al próximo comunicado de ETA. Pasadas las últimas escenificaciones, es lo que toca esperar.
Atrás queda la comparecencia de Sortu, LAB y Ernai, trasladando a sus bases un mensaje de unidad o la de los expresos en Durango. Todos ellos miran a Moncloa. Se han dado cuenta de que hasta ahora ha reinado un diálogo de sordos. De que la expulsión de Noruega a mediados de febrero de 2013, de la dirección política de ETA, por presiones del Gobierno de Rajoy, acabó con el último intento de un final dialogado con la banda en la dinámica de "paz por presos". ETA asiste a un ejercicio de realismo. "Aceptamos toda nuestra responsabilidad en lo relativo a las consecuencias del conflicto", proclamaban este fin de semana los 63 presos de la banda excarcelados por la derogación de la doctrina Parot. ¡Nadie imaginaba hace años ver a Kubati en esas circunstancias! Es un paso más pero siguen sin condenar la violencia, sin pedir perdón o sin exigir a la banda el desarme y su disolución como sí viene haciendo la izquierda abertzale en los últimos tiempos. Pocos habrán releído estos días los estatutos de Sortu, que en febrero de 2011 planteaban negro sobre blanco "la definitiva desaparición de ETA". Resuenan todavía las palabras de uno de sus portavoces, Pernando Barrena, cuando estas Navidades, de manera velada, dejaba entrever que algo sabe de lo que va a ocurrir en los próximos días, al pedir a ETA su desarme como "algo fundamental para el proceso de paz". Una izquierda abertzale que también quiere hacerse un hueco en medio de los acontecimientos. ¿Qué ha pasado entre el 26 de marzo de 2013 en el que ETA emite un comunicado vinculando su desarme a una negociación directa con Rajoy y la última vez que la banda se pronuncia el 15 de julio de ese mismo año asumiendo entre líneas que la vía Aiete había fracasado y aceptando las recomendaciones que le hacía el Foro Social como "punto de partida para trazar una nueva hoja de ruta"?
Ya no quedan más conejos en la chistera, al margen de las peticiones individualizadas de los presos de ETA de acercamiento a cárceles del País Vasco y de poder acceder a permisos ordinarios como consecuencia del cambio de grado. Es la hora de ETA. Y, en este punto, la duda está en saber si en su próximo comunicado seguirá la línea establecida por Txeroki hace ahora un año, "lamentando el dolor de las víctimas", o irá más allá. Si, además de anunciar su desarme, especificará sus planes para las 250 pistolas que posee en Francia y las 11 toneladas de material.
Despejada esa incógnita, el debate será el futuro de los presos. De los 527 encarcelados aquí y de los 127 fuera de España. Y también de los que no tienen causas pendientes con la justicia y quieren volver a Euskadi. ¿Mantendrá Rajoy la política de dispersión para contentar a las asociaciones de víctimas?
Ya en enero de 2003, Aznar aprobaba una reforma de la Ley Penitenciaria y del Código Penal en la que se apostaba por el cumplimiento íntegro de las penas (se elevaba de 30 a 40 años el periodo máximo de cárcel por terrorismo) y la limitación de los beneficios penitenciarios. Se restringían las vías posibles de reinserción de miembros de ETA. En aquel entonces, el ministro Michavila lo presentó como "instrumento decisivo para acabar con la banda". Ahora, la nueva legislación impedirá que cerca de 150 etarras (Kantauri, Txeroki, Txapote, etc.), autores de los crímenes más sangrientos, vean reducidas sus penas por buen comportamiento. Intuimos lo que hará ETA, ¿y Rajoy?
@aorrantiah
La hora de ETA
Opinión
Andoni orrantia (*)
La duda estriba en si ETA seguirá la línea de 'Txeroki' lamentando el dolor causado o si irá más allá su comunicado