Imanol Fradua
Durango. Alrededor de sesenta expresos de ETA liberados recientemente, entre los que se encontraban históricos exreclusos en libertad tras la derogación de la doctrina Parot, escenificaron ayer en Durango su adhesión a la estrategia actualmente en marcha para conseguir una de sus prioridades: la liberación de "hasta el último preso". Haciendo suya la reciente decisión del EPPK (el Colectivo de Presos Políticos Vascos), que orilla la ansiada amnistía general para activar las salidas individuales del más de medio millar de reos entre rejas, mostraron además su "compromiso total con el nuevo escenario", aceptando toda su "responsabilidad en lo relativo a las consecuencias del conflicto".
En una concurrida rueda de prensa sobre la que apenas minutos antes pendía la amenaza de prohibición de la Audiencia Nacional, que finalmente no se produjo al permitir el juez Santiago Pedraz el acto, los expresos reclamaron una solución para "un problema urgente" como es la liberación de los actuales reclusos de ETA. "Una vez finalizado el ciclo armado del conflicto debemos solucionar todas sus consecuencias. Hay que derogar toda medida de excepción y respetar todos los derechos", ahondaron los exreclusos, entre los que se encontraban una larga lista de históricos como Francisco Javier Martínez Izagirre, Javi de Usansolo; Isidro Garalde Bedialuneta, Mamarru; Jesús Día Zabarte o Juan Manuel Piriz López.
Todo ello con la mirada puesta en lograr ese objetivo este año: "El 25 aniversario de la dispersión debe de traer el cambio de la política penitenciaria", aseguró José Antonio López Ruiz, Kubati, liberado tras caer la doctrina Parot -fue condenado a 1.210 años por 13 asesinatos, entre ellos el de la exdirigente de la banda Yoyes-, y que ayer ejerció como uno de los cuatro oradores del acto. "Está en nuestras manos quebrar el bloqueo" del Estado español y francés, remarcó, con la ayuda de la ciudadanía pero también de los agentes sociales, políticos e institucionales.
En la consecución de esa meta, dificultada sobre todo por el inmovilismo del que hace gala el Gobierno de Mariano Rajoy en materia penitenciaria, se enclavan las últimas etapas del viaje que arrancó cuando ETA acalló sus armas de forma permanente en octubre de 2011. La secuencia de acontecimientos proseguirá el próximo sábado con la manifestación en Bilbao en defensa de los derechos de los presos, que se presupone será multitudinaria, y el regreso a Euskadi del Grupo Internacional de Contacto (GIC) de Brian Currin a lo largo de este mes.
Al pronunciamiento de ayer le precedió la apertura de los reclusos de ETA a las vías legales de reinserción hecha pública por el EPPK tras un proceso de reflexión espoleado por el llamamiento efectuado por el Foro Social el pasado mes de marzo. Y la comparecencia en el Kafe Antzokia de Durango vino a reforzar precisamente la estrategia emprendida por el colectivo de presos, a cuyo último pronunciamiento los reclusos recientemente liberados se adhirieron sin matices. "Hemos formado parte activa del gran esfuerzo que ha desarrollado el EPPK estos últimos años para adecuar su posicionamiento político", ahondaron.
"Acarreamos con nosotros las consecuencias del conflicto político, igual que hemos sido sujetos y testigos de la lucha. Del mismo modo que hemos sido receptores directos del sufrimiento padecido y generado, y así lo reconocemos", terciaron. Los expresos, que dijeron acumular "cerca de 1.500 años de cárcel de los que 200 han sido condena ilegalmente añadida", llamaron a abordar "la solución del conflicto" con "el desarrollo de un planteamiento general" como instrumento. O, lo que es lo mismo, a atender "a la misma raíz política" a través del "derecho a decidir que tiene el pueblo vasco. La normalización política democrática exige poder llevar a cabo este derecho fundamental", destacaron en el transcurso de su comparecencia.
Fin de la dispersión Las reclamaciones del colectivo de antiguos reclusos provocaron diversas reacciones, entre ellas la del Gobierno vasco, que pidió al EPPK dar más pasos que incentiven la normalización dejando de lado los aplausos a la nueva etapa o las meras menciones al sufrimiento del conflicto. Fuentes del Ejecutivo de Urkullu le solicitaron que los expresos reconozcan "el daño injusto provocado" y apelen "al desarme inmediato de ETA" como mejores fórmulas para imprimir un mayor ritmo al proceso de pacificación.
Y es que para el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, "es tiempo de pasar de las palabras a los hechos con pasos continuados, tal y como el lehendakari manifestó en su mensaje de fin de año, y de manera inmediata". No en vano, además de la "insuficiente" retórica, resulta indispensable que ETA entregue sus armas para flexibilizar la política penitenciaria y posibilitar "el fin de la dispersión" de los presos.
El PSE, por su parte, aseguró que el pronunciamiento de los expresos "no añade nada a las posiciones ya conocidas", mientras que la dirigente del PP de la CAV Nerea Llanos resaltó la "ofensa" que el acto en Durango supuso para las víctimas y criticó que los protagonistas del mismo sigan "reivindicando su pasado". El parlamentario de UPyD en la Cámara de Gasteiz, Gorka Maneiro, advirtió por último de que ETA habrá sido "realmente derrotada" cuando "reivindicar su historia sea delito".
Instante tras el pronunciamiento de los presos de ayer en Durango. Fotos: José Mari Martínez
Más de sesenta exreos liberados recientemente participaron en un acto en el que 'Kubati' ejerció de portavoz del grupo