Gasteiz. "Urgente" y "fundamental" fueron ayer dos de los adjetivos empleados desde esferas tan diferentes como el Gobierno Vasco y Sortu para definir el desarme de ETA, un paso que, según destacaron ambos, debe dar continuidad al gesto que los presos de la organización terrorista completaron el sábado al reconocer el daño causado y asumir la legalidad vigente como única puerta abierta para acogerse a beneficios penitenciarios.
Agentes políticos y sociales comparten con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, su visión de futuro sobre la próxima etapa en el proceso de paz, donde también defienden cambios en la política penitenciaria por parte del Gobierno español que ayer, dos días después de que se conociera el comunicado del EPPK, mantenía su silencio.
La valoración del lehendakari sobre este cambio en la estrategia de la población reclusa de ETA ocupó gran parte de la intervención que Urkullu protagonizó en Lehendakaritza tras el último Consejo de Gobierno de 2013. Solo la esperanzadora perspectiva económica desgranada por el jefe del Ejecutivo autonómico para el próximo ejercicio hizo sombra en la ronda de preguntas al anuncio de los presos, un asunto incardinado en el eje de paz y normalización que figura como uno de los tres pilares del programa del gobierno del lehendakari.
Lo "relevante" a partir de ahora es comprobar el "alcance de las consecuencias prácticas" que tendrán las palabras pronunciadas por Marixol Iparragirre, Anboto, en nombre del colectivo de presos de ETA, según opinó Urkullu, quien ve en el desarme el paso previo de la disolución definitiva de la organización terrorista. Hasta que la banda dé nuevos pasos, el lehendakari apuesta por una espera activa en la que se aprovechen las herramientas forjadas para este objetivo. Entre ellas, destacó la aportación del Gobierno a través del Plan de Paz y Convivencia que confía en poder presentar en breve al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Para ello, Urkullu ha enviado un mensaje a La Moncloa en el que manifiesta su deseo de abordar ésta y otras materias de forma conjunta con el presidente popular, misiva que aún no ha obtenido respuesta.
La visión coincidente de Urkullu y Barrena en relación al desarme difiere a la hora de valorar la llamada vía Nanclares a la que se acogieron presos arrepentidos de ETA que, en consecuencia, fueron expulsados del EPPK. El lehendakari considera esta fórmula el espejo al que mirar para concretar lo expuesto en el comunicado, mientras que el portavoz abertzale tilda la iniciativa de "un intento del Ministerio del Interior de fracturar el colectivo de presos ofreciendo beneficios individuales".
En este sentido, Barrena explicó que los presos trasladados al penal alavés para seguir esta vía "intentaron buscarse la vida" de forma individual. Por el contrario, otorgó mayor valor, según se desprende de sus palabras, al comunicado del sábado por tratarse de una decisión del "colectivo".
Avances El secretario de Organización y Coordinación del PSE-EE, Rodolfo Ares, por su parte, consideró "evidente" que el EPPK ha dado "un avance sustancial" y consideró que el Gobierno central no tiene que dar "ninguna respuesta" al comunicado de los reclusos, sino hacer la política penitencia "más útil" en cada momento con el objetivo de la disolución de la banda terrorista como meta.
Desde Navarra, el parlamentario de Geroa Bai Manu Ayerdi emplazó a todas las partes a "dar movimiento" con decisiones como el desarme de ETA o la anulación de los "tribunales de excepción".
Al margen de la escena política, el portavoz de Lokarri, Paul Rios, afirmó que del comunicado se deduce que "éste no es el único paso" que los presos de la banda armada van a dar, sino que también en el futuro "están dispuestos a hablar y a contrastar sobre los siguientes pasos que tienen que dar y eso abre una oportunidad para todos". Añadió que están a la espera de ver si "la propia ETA responde a la recomendación" que realizó el Foro Social en mayo, en la que se incluía el desarme de la organización terrorista.