El Cairo. El Ejército egipcio sufrió ayer un nuevo atentado terrorista que causó heridas graves a cuatro soldados en la provincia de Al Sarquiya, mientras continúan las protestas de los islamistas en la denominada semana de la ira. En el tercer atentado registrado esta semana en el país, un coche bomba estalló cerca de una sede de la Inteligencia militar en la zona de Anshas, en el delta del Nilo.

Una fuente de seguridad explicó que los uniformados heridos protegían el edificio y que la explosión provocó el derrumbe parcial de uno de los muros de la sede castrense.

Anshas es un área estratégica desde donde los grupos extremistas preparan sus operaciones contra la ciudad de Ismailiya, en el canal de Suez, y cruzan incluso a la península del Sinaí. En esta jornada, las fuerzas de seguridad desactivaron además una bomba en una facultad de la Universidad de Al Azhar en la ciudad septentrional de Damieta y otra cerca de una escuela en Al Arish, capital de la provincia del Norte del Sinaí.

Las autoridades egipcias han advertido de un probable aumento de los atentados, pero han reiterado que reforzarán su lucha contra el terrorismo. En el marco de sus operaciones contra los extremistas, el Ejército egipcio detuvo ayer a tres destacados miembros de grupos radicales en el norte del Sinaí.

Hace cuatro días, el Gobierno declaró grupo terrorista a los Hermanos Musulmanes basándose en el artículo 86 del Código Penal y los responsabilizó del grave atentado el martes pasado contra una sede policial, que causó 16 muertos en la ciudad de Mansura.

Incremento de atentados Otra bomba estalló el pasado jueves al paso de un autobús en El Cairo, cerca de una sede de la Seguridad Nacional y una comisaría, causando cinco heridos. La cofradía se ha desvinculado y condenado los atentados contra las fuerzas de seguridad, que se han incrementado desde la destitución del presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, tras el golpe de Estado del pasado 3 de julio.

La mayoría de esos atentados han sido reivindicados por grupos yihadistas con base en el Sinaí como Ansar Beit al Maqdis, que reclamó la autoría del ataque de Mansura. En respuesta a la decisión gubernamental contra los Hermanos Musulmanes, la coalición islamista que engloba a los partidarios de Mursi, convocó una semana de la ira.

La tercera jornada de protestas transcurrió relativamente tranquila, aunque volvieron a registrarse enfrentamientos en algunas universidades, entre la policía y estudiantes de tendencia islamista.

Los choques más graves tuvieron lugar como ya es habitual en la Universidad de Al Azhar en El Cairo, donde fueron detenidos 27 alumnos, después de que el sábado los disturbios acabaran con un muerto y una veintena de heridos.

Los estudiantes trataron de posponer con sus protestas los exámenes y lanzaron piedras a la policía, según el Ministerio del Interior, que califica de "terroristas" a los alumnos por su pertenencia a la Hermandad.