barcelona. El líder de CiU en el Parlament, Jordi Turull, reclamó ayer a todos los partidos favorables a la consulta que la lleven en su programa electoral de las europeas, formen parte o no de la candidatura unitaria soberanista que aún confían en que sea una realidad. "Es un acuerdo que mantienen aquí, en el Congreso y en el Parlamento Europeo. Es un acuerdo con todas las consecuencias y a todos los niveles. No tendría sentido defenderlo aquí y no en otras instituciones", sostuvo.

Por ello, además de CiU, Turull confió en que ERC, ICV-EUiA y la CUP integren en sus respectivos programas de las elecciones europeas la decisión de celebrar la consulta soberanista el 9 de noviembre de 2014.

Todo ello a falta de que se concrete si habrá una lista unitaria de las formaciones partidarias de la consulta, iniciativa que, de momento, han rechazado los ecosocialistas.

ERC, por su parte, lleva semanas negociando la posibilidad de reeditar la Alianza Libre Europea (ALE), que en esta ocasión integraría a EH Bildu, Sortu, junto a los tradicionales EA y Aralar. Sin embargo, Turull constató que, a excepción de ICV-EUiA, nadie ha tomado una decisión definitiva, y evitó responder si está sobre la mesa la opción de dibujar una candidatura con presencia de fuerzas catalanas, vascas y gallegas.

Por su parte, el PP catalán celebrará una convención política en enero con la que aspira a tomar impulso para un 2014 que prevé tenso debido al debate soberanista y en la que quiere mostrarse ante los catalanes como "el único partido útil para frenar el independentismo".

La presidenta de los populares en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, explicó que organizarán un debate en el que puedan participar personalidades ajenas al partido y en el que se espera la presencia de miembros del Gobierno central y dirigentes nacionales del partido.

Esta convención responde también a la preocupación entre las filas populares a raíz de las últimas encuestas que apuntan a un auge de Ciutadans en detrimento del PP, una fuga de votos que quieren taponar mostrándose como el principal garante de que Cataluña no se independizará. Camacho sostuvo que gobernar tiene un coste y que puede causar un "voto de castigo" para los populares, pero se mostró convencida de que serán capaces de voltear esa tendencia.