Gasteiz. LAS elecciones autonómicas de 2012 arrojaron un Parlamento complejo que, además, amenazaba con dificultar la gobernabilidad del Ejecutivo de Iñigo Urkullu: la agitada legislatura de Patxi López, que arrancó con el desalojo del PNV de Ajuria Enea por el pacto entre socialistas y populares, deterioró las relaciones entre los tres partidos; mientras la izquierda abertzale, como rival natural de los jeltzales en las urnas, no parecía dispuesta a ninguna concesión. En ese contexto, el proyecto presupuestario para este año se topó con el veto de la oposición, y el lehendakari optó por decretar la prórroga. Ante el bloqueo, el Gobierno y el PNV han tenido que dedicar buena parte del año a reconducir sus relaciones con la oposición, un trabajo que llegó a buen puerto con la firma del pacto global con el PSE y el acuerdo fiscal con el PP, que a su vez ha allanado la aprobación de las Cuentas de 2014 en Lakua y en las principales instituciones, incluida la Diputación de Gipuzkoa. Una vez encauzados los Presupuestos, despejados los acuerdos y sentadas las bases para comenzar a gestionar, Lakua deberá desplegar plenamente su acción de gobierno el próximo año tras un 2013 preparatorio. Los analistas consultados por DNA coinciden en que la prioridad habría de pasar por gestionar la crisis.
Según las previsiones económicas que han aflorado en las últimas semanas, 2014 sería precisamente el año clave en la recuperación económica, ya que han aumentado las exportaciones, se prevé que la reforma fiscal capte más ingresos, y se atisba un crecimiento del PIB, aunque mínimo. El propio Gobierno prevé comenzar a crecer a comienzos de año y crear empleo antes de que finalice, aunque ese leve impulso no será suficiente para cerrar el año con datos positivos en el mercado laboral. Lakua prevé que se pierdan 4.000 puestos, y podría ser peor si la crisis de Fagor Electrodomésticos arrastrara a empresas auxiliares. Además, esa mejora del PIB será tímida, y la recuperación tardará en trasladarse a la economía real: las empresas siguen contando con dificultades para acceder al crédito, y el empleo no termina de remontar. La gran incógnita pasa por dilucidar si el crecimiento será duradero y sostenible, y si la recuperación será rápida o bien un proceso lento en el que los indicadores económicos queden congelados en los actuales parámetros durante varios meses.
Aunque Lakua ha recibido buenas noticias desde los astilleros vascos, que comienzan a amarrar pedidos tras el varapalo europeo al tax lease, por otro lado mira de reojo a la negociación de los convenios laborales. Como ya sucediera con buena parte de ellos el 7 de julio, el 31 de diciembre muchos agotarán su vigencia, lo que podría llevar a miles de trabajadores vascos a cobrar el salario mínimo o a acogerse al convenio estatal. No obstante, el 91% de las empresas del metal en Bizkaia apostará por mantener las condiciones laborales, además de que el 80% mantendrá o aumentará la plantilla, y sólo un 20% la adelgazará. El Ejecutivo, al menos, afronta ese año clave con Presupuestos, con unos planes de reactivación pactados con el PSE -dedicarán a esas actuaciones 6.290 millones a lo largo de la legislatura, y contemplan planes de empleo locales para que los ayuntamientos contraten a ciudadanos-, y con cierta estabilidad institucional, ya que las diputaciones también contarán con Cuentas.
En ese contexto, el sociólogo Javier Elzo cree que la prioridad pasa por "responder a la crisis que padecemos y que en Euskadi, aunque más tarde y en menor cuantía que otras partes del Estado, también ha llegado de forma contundente". "A corto plazo hay que potenciar todo lo que suponga creación de empleo, lo que básicamente quiere decir ayudar a la empresa, que es la principal creadora de trabajo. Euskadi necesita recuperar el espíritu emprendedor de años pasados y desterrar las soflamas contra el empresariado, y pienso especialmente en el pequeño empresario", apostilla. Cree, además, que debe apostarse por la innovación para que el crecimiento se sostenga. A largo plazo, habría que invertir en alta tecnología, biotecnología, informática y capital humano. "Si no aumentan nuestras tasas de natalidad, en pocas generaciones no habrá vascos en las tierras vascas", zanja.
Juan María Ollora, gestor de empresas, exdiputado general de Álava y exconsejero de Economía y Hacienda a finales de los setenta en el órgano preautonómico, también tuvo que gestionar en tiempos convulsos. A su juicio, la "decisión estratégica del Gobierno Vasco de concentrar los esfuerzos en la recuperación salvaguardando las líneas básicas del Estado de bienestar" sería acertada y, por ello, "hay que seguir trabajando en esa línea". En su opinión, Lakua debería trabajar para consolidar el tejido industrial, y para preservar los servicios públicos y las prestaciones sociales. Además, cree necesario reconducir las relaciones laborales para renovar los convenios.
Sin embargo, Ollora sitúa "en el mismo plano" que la crisis económica el reto de la pacificación, que también sería una demanda social. "Para eso está el Plan de Paz. Habida cuenta de la categoría científica y personal de Jonan Fernández, está bien enfocado", opina. Al margen de esas dos cuestiones, en otro nivel y como cuestión menos apremiante, se refiere a la búsqueda de un nuevo estatus para Euskadi. "Se trata de intentar tejer complicidades para afrontar el desarrollo del autogobierno", apunta.
¿Ola independentista? No obstante, el Gobierno Vasco no afrontará 2014 condicionado exclusivamente por la crisis económica. El año también se verá mediatizado por el clima electoral de los comicios europeos de mayo, y por los procesos soberanistas y las consultas de Catalunya y Escocia. En algunos círculos se ha planteado la posibilidad de que ambos procesos afloren el sentimiento independentista en Euskadi y obliguen al Gobierno Vasco a dar pasos más allá de su apuesta por residenciar en el Parlamento el debate del nuevo estatus desde el acuerdo en la CAV y con el Estado, y desde el respeto a la legalidad. En definitiva, que la independencia se convierta en una urgencia social y se abra paso como prioridad de los vascos al mismo nivel que la gestión de la crisis.
En ese sentido, la doctora en Ciencias Políticas y Sociología, y directora del Deustobarómetro Social, María Silvestre, cree que el encaje de Euskadi y Catalunya en el Estado puede ser un reto "importante" que exige una respuesta política, si bien no sería percibido por la sociedad vasca como una "urgencia" para 2014 ni se prevé que lo sea a corto o medio plazo por mucho que los procesos soberanistas catalán y escocés vayan a marcar la actualidad en los próximos meses.
"No aflorará en Euskadi porque aquí ya pasó algo parecido con el Plan Ibarretxe. No es que Euskadi no haya estado nunca en una situación similar, y la experiencia es un grado. Además, está la preocupación por la crisis. Por otra parte, hay cierta incertidumbre sobre lo que podrá hacer Catalunya, o sobre si Escocia logrará una mayoría a favor de la independencia y, aun en ese caso, cómo responderá la Unión Europea. Teniendo en cuenta también la experiencia previa de Euskadi, son situaciones todavía poco concretas como para que la ciudadanía vasca acucie al Gobierno. Los datos de las encuestas nos dicen que es una tarea pendiente, pero no urgente", explica.
A su juicio, la prioridad para 2014 debería pasar por atajar las desigualdades sociales -que se habrían agravado a consecuencia de la crisis, sobre todo en el acceso a los recursos sociales-, y no solo entre hombres y mujeres, sino entre los mayores y los jóvenes. Sobre la paz, recuerda que el Deustobarómetro publicado re-cientemente ponía al descubierto que pocos conocen el plan de Jonan Fernández, pero matiza que eso no quiere decir que no interese la pacificación. "Cuando se explicaba a los encuestados los objetivos del plan, los apoyaban", profundiza.
Primeras leyes Aunque poco después de llegar a Lehendakaritza ya aprobó un plan de empleo y otro de financiación de pymes, será a partir de enero cuando Urkullu deba mostrar sus cartas y dejar su impronta, y no solo por contar con unos Presupuestos que le permitirán desplegar sus primeras iniciativas: también será en 2014 cuando empiece a presentar las primeras leyes del programa legislativo. Ese calendario no contemplaba ningún proyecto para este año -aunque el del Plan Vasco de Estadística se ha adelantado-, y concentra, en cambio, 19 de los 29 previstos para toda la legislatura solo en 2014.
Esos proyectos estimularán el debate parlamentario y alumbrarán más de una disputa, sobre todo la Ley de Aportaciones -que regula el porcentaje de la recaudación que debe aportar cada diputación al Gobierno vasco, y que Araba ya ha puesto en su agenda por considerarse perjudicada por el reparto- y la Municipal. El Gobierno espera presentarlas en el primer semestre. En enero, además, y según explicaron fuentes del departamento de Josu Erkoreka a este periódico, Lakua presentará el informe de las duplicidades competenciales que puedan existir entre el Gobierno Vasco, las diputaciones, los ayuntamientos y el Ejecutivo español. El comienzo de año se prevé agitado, con tres debates que podrían provocar tensiones territoriales y entre instituciones, y más aún con las elecciones municipales y forales de 2015 en el horizonte.
El Gobierno de López presentó su propio informe de duplicidades la pasada legislatura pero no logró el consenso necesario y no hizo sino poner en pie de guerra a las diputaciones, que lo acusaron de no contrastar con ellas la existencia de esas supuestas duplicidades aunque el informe les endosara a ellas la mayor parte de la responsabilidad en las ineficiencias del entramado público. En ese momento se interpretó que el PSE buscaba restar competencias a las diputaciones. Según las fuentes consultadas, el departamento de Administración Pública y Justicia está ultimando su informe sobre esas ineficiencias, y en breve lo someterá a consultas con las instituciones implicadas. Será después, seguramente en enero, cuando lo lleve al Parlamento para que los grupos hagan propuestas y tengan la última palabra. "El Gobierno será respetuoso con lo que acuerden los grupos", explican desde la consejería, que ha fijado el informe como su primer "gran reto" para el nuevo año.
El departamento arrancará 2014 con otro hueso duro de roer: la Ley Municipal. Según el programa legislativo, debería presentarse en el primer semestre del próximo año, aunque todavía falta mucho trabajo de cocina para llegar a un acuerdo. Los sucesivos gobiernos vascos han tratado de aprobar una norma que regule las competencias de los ayuntamientos, pero nunca han logrado el apoyo necesario y se han topado en más de una ocasión con los recursos de las diputaciones forales por invasión competencial.
En ese sentido, la propuesta clave del PSE pasa por dar voz y voto a los ayuntamientos en el Consejo Vasco de Finanzas para que decidan sobre el reparto de la recaudación, más allá de limitarse a recibir el porcentaje que les asigne la diputación de su territorio, como sucede actualmente. Fuentes de Lakua explican que aún no han entrado en ese punto, aunque ya se encuentran en fase de consultas con Eudel y las diputaciones. Las negociaciones se encuentran aún muy abiertas y no se ha cerrado, por tanto, un acuerdo. Lo que sí asume Lakua es que ese proyecto será el "caballo de batalla del próximo año".
El tercer compromiso del departamento pasará por activar una ley de administración pública que regule los contratos, la participación ciudadana y las medidas a favor de la transparencia. También contempla presentar el próximo año la Ley de Empleo Público y, al margen del departamento de Erkoreka, Lakua pondrá sobre la mesa, entre otras, la de adicciones y la de cooperativas, que adquiere relevancia tras la crisis de Fagor y cuando algunas voces han interpretado que los socios deberían responder con su patrimonio a la quiebra de la firma. El Gobierno Vasco también se enfrenta al reto de negociar con Madrid la aplicación de las normas estatales que vulneren sus competencias, como la reforma educativa del ministro Wert o los copagos farmacéuticos. Urkullu aspira a ahondar en su interlocución con Rajoy sobre paz y autogobierno.
Paz En esos dos ámbitos, el Gobierno también tiene bien definidos sus planes. Por un lado, y según fuentes de Lehendakaritza, el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, se propone activar el Instituto de la Memoria, que recordará a las víctimas de ETA, de los contraterrorismos ilícitos, de la Guerra Civil y del franquismo. Tendrá que emplearse a fondo para recabar el apoyo del PP. Además, presentará a finales de 2014 el segundo decreto de víctimas de abusos policiales, que abarcará desde 1978 hasta la actualidad; y desplegará el programa Elkarrekin en las aulas para que los colegios que lo deseen puedan impartir los contenidos diseñados por asociaciones pacifistas. Todo ello, mientras persiste el bloqueo entre el Estado y ETA, mientras Lakua sigue buscando el apoyo de la oposición a su Plan de Paz, y mientras el PNV intenta reenganchar al PSE a la ponencia. Los jeltzales y Urkullu redoblarán esfuerzos en 2014 para forjar consensos en paz y autogobierno, aunque no se prevé que el lehendakari convoque una mesa de partidos como hiciera tras la prórroga presupuestaria.
l Crisis económica. Tras haber aprobado sus primeros Presupuestos, el Ejecutivo ha sentado las bases para 'empezar' a gobernar y para gestionar la crisis en un año clave para la recuperación, que será lenta y que los ciudadanos y las empresas no terminan de intuir. Lakua calcula que el PIB comenzará a crecer a principios de 2014 y que podría crearse empleo a finales de año, si bien no será suficiente para amortiguar la destrucción de 4.000 puestos de trabajo en términos globales cuando acabe el ejercicio. El Gobierno podrá desplegar los planes de reactivación pactados con el PSE, y también deberá atender los efectos de la crisis de Fagor Electrodomésticos, y la negociación de nuevos convenios laborales: el próximo día 31 terminará la prórroga de muchos de ellos, aunque el 91% de las empresas del metal de Bizkaia apuesta por mantener las condiciones laborales.
l Paz y convivencia. En 2014, el secretario del área, Jonan Fernández, prevé activar el Instituto de la Memoria -que recordará a víctimas de ETA y de los contraterrorismos ilícitos, pero también de la Guerra Civil y del franquismo-, presentar el segundo decreto de damnificados por abusos policiales -lo hará a finales del próximo año y abarcará desde 1978 hasta la actualidad-, y poner en marcha el programa 'Elkarrekin' en las aulas, que servirá para que las escuelas puedan impartir los contenidos que propongan asociaciones pacifistas si así lo desean.
l Duplicidades. Lakua ultima ya el informe de duplicidades entre el Gobierno Vasco, las diputaciones, los ayuntamientos y el Ejecutivo español, y en breve lo someterá a consultas con las instituciones implicadas. Después lo remitirá al Parlamento, a buen seguro en enero. También ha abierto el proceso para confeccionar una Ley Municipal. Ha contactado con Eudel y las diputaciones y aún no han cerrado un acuerdo porque se encuentran en una fase muy preliminar. El Gobierno ya asume que el proyecto, cuya presentación estaba prevista para el primer semestre de 2014, será el caballo de batalla del año.
l Leyes pendientes. El Gobierno arrancará su producción legislativa en 2014. Presentará 19 leyes, incluida la de aportaciones, que regula el porcentaje de recaudación que debe aportar cada diputación al Ejecutivo. Se prevé un debate intenso.
l Nuevo estatus. El Parlamento comenzará a debatir el próximo año un nuevo marco jurídico político para Euskadi. El pacto será difícil.