El Cairo. Los Hermanos Musulmanes desafiaron ayer la reciente decisión del Gobierno egipcio de declarar a la cofradía "grupo terrorista", y empezaron su semana de la ira con una tensa jornada de protestas en las que murieron tres manifestantes. La convocatoria fue realizada por la Coalición para la Defensa de la Legitimidad -que engloba a los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines-, bajo el título de la semana de la ira, para denunciar "las agresiones contra las mujeres manifestantes y los detenidos islamistas, así como la congelación de las asociaciones vinculadas con la cofradía".

Según informó una fuente del Ministerio del Interior, que pidió el anonimato, al menos tres miembros de los Hermanos Musulmanes murieron durante los choques con los vecinos y los servicios de seguridad surgidos en las manifestaciones en las ciudades de El Cairo, Menia (al sur de la capital) y Demiata (norte). Asimismo, las protestas ocasionaron un número indeterminado de heridos, entre ellos, varios oficiales y agentes de seguridad, habiendo recibido algunos de ellos disparos, aseguró la fuente, que agregó que los enfrentamientos dejaron también 265 detenidos y tres coches policiales calcinados. Además de las ciudades donde se registraron los fallecimientos, se produjeron al menos otras 50 protestas más por todo el país, según informó uno de los portavoces de los Hermanos Musulmanes, Mustafa al Jatib.

PANCARTAS Los manifestantes tuvieron como elemento común pancartas con el símbolo islamista de la mano con cuatro dedos levantados y la frase "terrorismo es el golpe de Estado", en alusión a la deposición del expresidente islamista Mohamed Mursi a manos del Ejército el pasado 3 de julio. La agencia oficial de noticias Mena señaló que los participantes lanzaron en varias ocasiones cócteles molotov y dispararon perdigones contra las fuerzas del orden, pero Al Jatib acusó a los servicios de seguridad de emplear gases lacrimógenos de forma excesiva y de disparar balas reales contra los manifestantes.

El portavoz islamista, que confirmó la cifra de muertos anunciada por las autoridades, explicó que dos de ellos fueron asesinados con balas reales, mientras que el tercero murió por un golpe directo de una bombona de gas lacrimógeno. Estas protestas se producen dos días después de que el Gobierno egipcio calificara de "grupo terrorista" a los Hermanos Musulmanes, lo que criminaliza la pertenencia a este grupo o la participación en sus manifestaciones.

La decisión gubernamental ofreció la justificación jurídica a las autoridades para congelar las actividades de más de 1.000 asociaciones de caridad por su supuesta vinculación con la Hermandad. Tras esta medida del Gobierno, las autoridades intensificaron las detenciones contra los miembros y seguidores de los Hermanos Musulmanes, prohibieron la difusión del periódico Libertad y Justicia y formaron seis nuevas cortes penales para agilizar los procesos por terrorismo.