estambul. El nuevo gabinete del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, remodelado tras la dimisión de tres ministros acusados de corrupción, inició su trabajo ayer mientras que arreciaba una batalla en el Poder Judicial, dividido entre defensores y adversarios del Gobierno. El jefe de Gobierno islamista renovó anoche su gabinete, con diez nuevos ministros, la mayoría diputados con escaso perfil público aunque destacada lealtad y cercanía personal al primer ministro.
El diputado Emrullah Isler, doctorado en Estudios Islámicos, reemplaza a uno de los cuatro viceprimeros ministros, el también teólogo Bekir Bozdag, que asume la cartera de Justicia, mientras que la de Juventud y Deportes es para Akif Çagatay Kiliç, un compañero de viajes de Erdogan e hijo de su médico personal. Pero el nombre más significativo es el del nuevo titular de Interior, Efkan Ala, un estrecho colaborador de Erdogan que no es diputado pero es un conocido defensor de la política de "mano dura" contra las protestas sociales del verano pasado en Gezi. Los ceses en Interior, Economía y Urbanismo eran forzados, tras ser arrestados los hijos de los ministros en el marco de la investigación de una gran trama de corrupción financiera y urbanística, de la que se han declarado inocentes.
Aunque no tiene a familiares acusados, el influyente ministro de Asuntos Europeos, Egemen Bagis, también aparece en las actas de investigación policial, según el diario Hürriyet, y ha tenido que ceder su puesto a Mevlüt Çavusoglu, expresidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Pero la remodelación del gabinete, negociada al filo de la medianoche del miércoles con el presidente, el también islamista Abdullah Gül, está lejos de haber calmado la situación política.
el hijo de erdogan El fiscal jefe de Estambul, Muammer Akkas, denunció ayer que le habían impedido iniciar investigaciones de un segundo caso de corrupción, previsiblemente mayor que el primero y que iba a implicar a altos cargos de la empresa pública de ferrocarriles e incluso al Bilal Erdogan, hijo del primer ministro. La crisis del gobierno no necesariamente ha acabado con el reemplazo de 10 de los 25 miembros del Gabinete, dado que la investigación judicial puede todavía ampliarse. El fiscal también reveló que había ordenado el miércoles la detención de treinta personas, pero la Policía, cuyos jefes fueron trasladados y reemplazados en los días pasados, no cumplió sus órdenes. Según el diario Today's Zaman, la Fiscalía de Estambul ordenó ayer la detención de otras treinta personas, entre ellas hombres de negocios y altos cargos públicos, pero la policía se negó a cumplir la orden.
Más de 100 jefes de policía habían sido cesados o trasladados en los días anteriores, en lo que fue la primera reacción del gobierno ante la investigación judicial de corrupción.
La segunda tanda de detenciones se iba a dirigir contra supuestas corruptelas por valor de más de 100.000 millones de dólares en el ámbito de la empresa pública de ferrocarriles e incluiría un hijo del propio ministro turco Erdogan, asegura el diario.
Akkas fue desautorizado por su jefe, el fiscal general de Estambul, Turan Çolakkadi, quien lo acusó de tomar decisiones injustificadas, e insistió en centralizar el mando de las investigaciones "porque si no, esto es un caos".
Poco después, el Consejo General del Poder Judicial emitió una declaración en la que reclamó independencia judicial y condenó nuevas regulaciones gubernamentales que obligan a los comisarios de la Policía a informar siempre a sus superiores cuando inician investigaciones.