Kiev. El presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, ordenó ayer la destitución de sus cargos al alcalde de Kiev, Aleksandr Popov, y al subsecretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Vladimir Sivkovich, a petición de la Fiscalía bajo la sospecha de que ambos podrían haber violado "derechos constitucionales" de los ciudadanos durante las protestas antigubernamentales.
Asimismo, la Fiscalía ucraniana anunció ayer el procesamiento de cuatro altos cargos por la represión policial de una manifestación pacífica en la capital. Los inculpados son el destituido alcalde de Kiev, Alexandr Popov; el jefe adjunto del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, Vladimir Sivkovich, y dos jefes policiales, Valeri Koriak y Piotr Fedchuk. Poco después de que el fiscal general anunciara el procesamiento de los cuatro altos cargos, el presidente de Ucrania destituyó por decreto a Sivkovich y a Popov.
Todo ello en el mismo día en que el Gobierno congregó a unos 10.000 simpatizantes en el centro de la capital a escasos metros del Euromaidán, la gran asamblea permanente que mantienen los opositores en la calle desde hace tres semanas. Esta era la primera concentración de peso convocada por el oficialista Partido de las Regiones del presidente Víktor Yanukóvich desde el comienzo de la actual ola de protestas opositoras por la ruptura de Kiev con la Unión Europea, y las autoridades fletaron autobuses y trenes para traer a la capital a sus partidarios desde otras ciudades.
Mientras los seguidores del Gobierno se congregaban ayer en la Plaza de Europa, donde se había montado un escenario para el mitin, a unos cien metros, en la Plaza de la Independencia, continuaba la asamblea permanente de los manifestantes opositores.
Para evitar posibles enfrentamientos o provocaciones, la policía antidisturbios colocó dos filas de autobuses y camiones pesados atravesados en la calzada de la avenida Kreschatik, impidiendo el paso desde la Plaza de Europa hacia el Euromaidán. Convertida en una fortaleza desde que esta semana se reforzaran las barricadas y los parapetos con miles de sacos rellenos de nieve y hielo, la gente que quería ingresar a la Plaza de la Independencia debía hacer cola en las estrechas entradas dejadas por estos muros de defensa, ante la gran afluencia. El enorme recinto se encuentra repleto de grandes tiendas de campaña militares que acogen a los activistas instalados allí desde hace más de tres semanas, entre un mar de banderas nacionales, europeas y de los partidos opositores, así como pancartas.
Los congregados tienen perfectamente organizado el reparto de comida, bebidas calientes, leña para las hogueras, vigilancia de las barricadas y acarreo de materiales para reforzarlas. Para la jornada de ayer, y ante la celebración del mitin oficialista situado a poca distancia, los opositores organizaron un sistema de vigilancia reforzada de las entradas, con activistas formando un pasillo para controlar a los recién llegados.