gasteiz. "Se dan las condiciones y el consenso necesario para ello". Con estas palabras, el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, marcó ayer el arranque de la ponencia que llevará a replantear el actual marco jurídico-político de Euskadi y que derivará en una consulta popular en la que la sociedad vasca decidirá sobre su futuro antes del final de la legislatura. Así lo espera, al menos, el partido jeltzale, que de momento cuenta con la satisfacción de haber superado el reto de que todos los partidos con representación en el Parlamento Vasco se embarquen en esta iniciativa.

Acompañado del parlamentario y presidente del ABB, Xabier Agirre, Ortuzar volvió ayer a la institución que durante años fue su lugar de trabajo para limar los últimos flecos restantes tras el trabajo de cocina completado en las últimas semanas, un recorrido que alcanzó sus mayores cotas de intensidad tras la vuelta del dirigente jeltzale de su periplo por Sudamérica, a mediados de noviembre.

Desde entonces, la sucesión de contactos ha permitido a los responsables de Sabin Etxea conocer de primera mano cuál era la postura de las diferentes fuerzas vascas sobre el análisis de un nuevo estatus para el País Vasco. "Creemos que ha llegado el momento de reformar el Estatuto" y de que "también seamos capaces de proponer modelos para el futuro, un nuevo estatus jurídico-político", que "actualice" el texto autonómico vigente y "la voluntad política de la ciudadanía vasca", señaló Ortuzar minutos después de culminar su ronda con los diferentes grupos parlamentarios en la Cámara autonómica.

Pero el verdadero éxito que reconocen entre las filas jeltzales es el haber conseguido una plena participación en los primeros compases de la ponencia, incluso de fuerzas como UPyD que consideran este foro innecesario, pero al que acudirán para escuchar lo que el PNV tiene que plantearles y dejar oír su voz.

De momento, la propuesta jeltzales se ha limitado a plantear un calendario que desemboque en la constitución del grupo de trabajo para conocer las respuestas individuales, aunque sin perder de vista el objetivo de la consulta popular recogido en el programa electoral del PNV. "Podría ser en 2015 o en 2016, lo que importa es que sea", destacó el presidente del EBB dejando patente, una vez más, que la fecha en cuestión no será un problema para abordar un objetivo de este calado que prevén culminar antes de que finalice la presente legislatura.

Y es que Ortuzar insistió ayer en que los tres años que restan para que la ciudadanía vasca regrese a las urnas son suficientes de cara a que las diferentes fuerzas políticas analicen hasta dónde quieren que lleguen los cambios en la realidad jurídico-política que atraviesa Euskadi.

A la espera de que el foro de trabajo eche a andar, la izquierda abertzale ofreció ayer el primer mensaje conciliador en esta nueva etapa. El presidente de Sortu, alineado en el grupo parlamentario de EH Bildu, Hasier Arraiz, valoró como un "punto de partida" la también denominada ponencia de autogobierno y compartió con el PNV que el ciclo estatutario está agotado y que resulta necesario sondear otras vías. "Tenemos que hablar de cómo se lleva a cabo ese derecho a decidir para poder renovar la voluntad mayoritaria de la ciudadanía vasca", destacó el aforado de la coalición soberanista, quien añadió la "importancia" de que PP y PSE "participen de ese debate y del reconocimiento del derecho a decidir que corresponde a los vascos".

loiola y plan ibarretxe Sortu y EH Bildu ven en esta iniciativa una puerta abierta a emprender lo que desde la izquierda abertzale bautizaron como "vía vasca", un sendero que debe culminar en la plena soberanía. Y en este nuevo estatus defienden logros pretéritos como las conversaciones de Loiola, cuya ruptura acabó con la tregua decretada por ETA hace seis años, o el Plan Ibarretxe, aprobado por el Parlamento Vasco pero que no contó con el respaldo del Congreso de los Diputados.

Ante la incorporación de estos mimbres en la visión de la izquierda abertzale sobre cómo avanzar hacia el futuro independiente del pueblo vasco, el presidente del PNV destacó en ambos casos son "una buena referencia" y recordó que también tuvieron en común el impulso de su partido para echar a andar y desarrollarse.

Los socialistas por su parte, los únicos que no participaron en los encuentros de ayer al haber sido convocados el pasado martes en Bilbao, asisten a esta etapa de la Ponencia "con expectación y a la espera de lo que el PNV quiera proponer", según sostuvieron ayer fuentes de este partido.

Estas mismas fuentes destacaron que son los jeltzales los que "tienen que definir qué entienden por nuevo estatus. Si es un cambio que sigue los procedimientos establecidos en el Estatuto estaremos ahí", apuntan. Por el contrario, garantizaron que su postura será diametralmente opuesta con la que mantengan los promotores de esta iniciativa si el PNV "cae en viejos errores".

Consciente de las suspicacias que rodean este proyecto, Ortuzar se mostró precavido con los pasos a dar y los referentes a emplear en la misión que les aguarda a partir de ahora a los grupos parlamentarios. En este sentido, empleó la metáfora de "los bueyes y el carro" para describir que la primera parte esta en marcha, mientras que el carro, el contenido que determinará hasta dónde y cuándo se puede llegar, se conocerá con detalle a partir de la activación de la ponencia.

Este próximo paso se dará antes de que finalice el año, como encierra el compromiso adquirido por el PNV en su programa electoral. Será a través de la Comisión de Instituciones, Seguridad y Justicia como se encauzará la Ponencia hasta que sus representantes dispongan de foro propio para que, alejados del foco mediático, comiencen a trabajar; una realidad parlamentaria prevista para el primer trimestre del próximo ejercicio.