gasteiz. Las bancadas abertzales hicieron valer ayer su mayoría parlamentaria para reiterar una apuesta firme por la Ponencia de Paz y Convivencia, un foro donde PNV y EH Bildu estiman, en base a un acuerdo de esta propia institución, que deben abordarse los asuntos ligados con la consolidación de la pacificación y la normalización política de Euskadi más de dos años después del cese de la actividad armada de ETA.

De nada le sirvió al PP el pacto alcanzado a última hora del miércoles con el PSE y la suma del único voto de UPyD a la hora de ensayar un nuevo posicionamiento de la Cámara vasca contrario a la existencia de la banda armada. Los populares fracasaron en su aspiración de aprobar un texto que desde la coalición soberanista, e incluso desde los escaños socialistas, se interpretó como un intento de apaciguar al electorado conservador tras las críticas que el Gobierno de Marino Rajoy, y por extensión el resto de su partido, ha recibido a raíz de la excarcelación de presos de ETA.

En su afán de sacar adelante la moción, al PP no le importó perder protagonismo. Pactó un texto que se ajustaba más al enunciado alternativo presentado por el PSE; eso sí, incluyendo en el último de sus cinco puntos la frase "ETA nunca debió existir" exigida de salida por los populares.

Sobres esta bases, el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, acertó a definir el debate con un solemne "se trata de convencer al PNV". Así fue en un principio, con reiteradas llamadas a las filas jeltzales trufadas de críticas a la acción del Gobierno Vasco que cayeron en saco roto. Los jeltzales defendieron su conocida posición de derivar cualquier asunto ligado a esta temática a la Ponencia que sobrevive en situación de stand by con la presencia de las dos bancadas abertzales.

En esta argumentación basó su intervención el portavoz del PNV, Joseba Egibar, quien contrapuso el "trabajo, el diálogo y la discreción" que implica el desarrollo de una ponencia parlamentaria con el "ruido y los decibelios" que el agitado debate sobre la pacificación suele producir en el salón plenario, una dinámica generadora, según destacó el veterano portavoz, de "titulares" en los medios de comunicación, pese a no incluir "pasos hacia adelante" en la labor política. "No cuenten con nosotros para ese viaje. No es la vía", zanjó Egibar.

EH Bildu, por su parte, decidió que Hasier Arraiz defendiera su postura, una elección que ha dejado de ser novedosa. El parlamentario y presidente de Sortu ha abandonado el discreto segundo plano al que se abonó en el inicio de la legislatura y se ha convertido en punta de lanza de este grupo junto a Laura Mintegi y Julen Arzuaga cuando toca hablar de paz y convivencia.

En su intervención, compartió con Egibar la búsqueda de "ruido mediático" como razón principal para descartar la Ponencia en favor del debate bajo los focos e instó a los socialistas a regresar al foro que abandonaron en septiembre.

Arraiz invitó a Rodolfo Ares a que en lugar de "presionar" a la izquierda abertzale hable con sus representantes porque "son gente razonable" y es posible llegar a acuerdos con ellos.

PP y PSE fueron de la mano en el debate, aunque paradójicamente el portavoz de los socialistas en esta materia sacó los colores de partida a Arantza Quiroga y los suyos al enmarcar la propuesta popular en las "necesidades" internas de un partido en el que "algunos afiliados se han enfadado mucho".

Pese a constatar intereses ajenos a la mera labor legislativa en la moción, Ares justificó el apoyo de su grupo a esta iniciativa en la incompatibilidad de los objetivos del PSE con un relato que no deje patente el rechazo por parte de cualquier institución al "oscuro pasado" que ha padecido Euskadi.

Por parte del PP, su presidenta, Arantza Quiroga, pidió al lehendakari que lidere un nuevo movimiento frente a ETA y acusó a los nacionalistas de "entorpecer" con su "silencio" que se pueda avanzar "hacia una sociedad democrática plena y que deje atrás el terrorismo".