madrid. Después de que Felipe González y José María Aznar presentaran los suyos -los dos además eligieron el mismo día para hacerlo- ayer fue el turno del último expresidente de la democracia, José Luis Rodríguez, que acaba de publicar la obra El dilema, 600 días de vértigo, motivo por el cual concedió su primera rueda de prensa vez desde que saliera de La Moncloa. Fue en ese escenario donde volvió a encontrarse con las cámaras y con las preguntas de los periodistas, ante quienes asumió su "error" a la hora de reconocer la crisis en la economía española, aunque recalcó que fue un fallo de "apreciación" en el que no hubo "ni engaño ni ocultación" a los ciudadanos.

El libro narra sus vivencias en el Gobierno desde que en mayo de 2010 tuvo que dar un giro a su política y tomar medidas económicas para tratar de frenar la crisis. Zapatero, que recordó que no mencionó la palabra crisis hasta julio de 2008 tras meses hablando de desaceleración, explicó los dos motivos fundamentales que le llevaron a lo que calificó "error de apreciación".

En primer lugar citó una razón subjetiva: su "afán" por "mantener la confianza" y trasladar "un mensaje positivo" para los agentes económicos y los inversores. Como segundo factor recordó que en 2008 España continuaba con crecimiento económico y la previsión, indicó, decía que los datos iban a seguir siendo buenos en el segundo semestre e incluso en 2009, previsiones que después "saltaron por los aires" con la caída de Lehman Brothers.

Estas fueron, según su explicación, "las razones del error". "Ni engaño ni ocultación de nada de nada", enfatizó.

tras dejar La moncloa, al libro El expresidente garantizó que ha puesto en esta obra, en la que comenzó a trabajar cuatro o cinco meses después de dejar Moncloa, su "máxima sinceridad" y ha hecho un ejercicio de "autocrítica". Según explicó, sentía que tenía "el deber y una cierta necesidad" de explicar su gestión al frente del Gobierno español durante unos meses de máxima dificultad, el "periodo más duro" que vivió en el Gobierno.

Después vinieron las preguntas, unas cómodas y otras menos, que le devolvieron por unos minutos al papel protagonista que representó durante dos legislaturas. No quiso polemizar con el que fuera su vicepresidente económico Pedro Solbes, que en otro libro que acaba de publicar asegura que avisó de la crisis al jefe del Ejecutivo en un informe que no fue tenido en cuenta. Zapatero solo quiso apuntar que cada uno tiene "una memoria de las cosas", para mostrar a continuación toda su gratitud a los ministros que estuvieron en sus equipos. El expresidente insistió en que "cada uno es libre" de opinar lo que quiera y aseguró que se alegra que las personas que le han acompañado "sigan manteniendo esa libertad de expresión".

Además, aseguró que nunca ha querido "trasladar ninguna responsabilidad a nadie" sobre lo que fueron sus tareas de Gobierno, porque tiene "claro" que "las decisiones las toma el presidente del Gobierno, es su responsabilidad".

Preguntado por algunos de estos colaboradores que después han expresado algunas discrepancias, como Jordi Sevilla y David Taguas, además de Solbes, Zapatero sólo ha recordado que son "economistas reputados" de los que quiso rodearse y a los que ha reconocido su tarea. Además, y en relación a las críticas que recibió por aquella frase que captaron unos micrófonos abiertos en la que el exministro Sevilla le decía que podía aprender "economía en dos tardes", Zapatero recalcó que la acción política exige "un esfuerzo por aprender. Hay algunos que nacen con esa cualidad, yo reconozco que he estado toda mi vida con el afán de saber y conocer más", remachó el expresidente.

lo que se tenía que hacer Zapatero insistió que se movió convencido de que los recortes que acometió eran "lo que el país tenía que hacer" y admitió que "a veces hay que tomar decisiones que no son agradables, que no van a gustar a la gente" y que no van a tener ningún "rédito político".

Zapatero concluyó su presentación garantizando su "convicción" en que, a pesar de la "dura crisis", España tiene "capacidad" para "seguir demostrando" que es "capaz de hacer cosas" como las que ha hecho desde la Transición democrática. Después, en la rueda de prensa, que se prolongó durante casi hora y media, añadió otra conclusión: salir de la crisis "no era tan fácil como algunos pensaban y no es tan fácil" dos años después del cambio de gobierno.