"Mi aita celebraría esta Euskadi donde no habrá más huérfanos"

Leire Goikoetxea, hija de Joseba, que intervenía por vez primera en público, devolvió la sonrisa a Rosa Rodero, su madre, a quien la emoción le quebró

I. santamaría

BILBAO. Y la voz de Rosa se quebró. La emoción embargó a la viuda de Joseba Goikoetxea cuando, divisando a escasos centímetros la primera fila -donde Edurne Brouard tampoco pudo reprimir el llanto-, trasladaba con entusiasmo cómo su nieto podrá vivir en una Euskadi en paz, "en una tierra sin el sufrimiento de tantos años". Pronto halló el consuelo, el cariño, en el beso de Leire, que apenas sumaba 18 meses de edad cuando asesinaron a su aita, y que ayer intervino, generosa y sonriente, por vez primera en un evento público. Rodero se recostó en el hombro de su hija y las lágrimas que empezaron a enfilar su rostro huyeron para mostrar a los cientos de gentes que arroparon a su familia una expresión de felicidad solo atorada por el recuerdo. "Quiero agradecerles a todos este momento. Tras 20 años, estamos juntos para disfrutar de la tranquilidad de estos años sin violencia, en los que las víctimas, sean de donde sean, porque todas somos víctimas, podemos reunirnos para pensar en nuestros familiares y para seguir luchando por esta Euskadi que es nuestra, y en la que nuestros hijos y nietos podrán crecer en paz", expresó Rosa.

A Leire, la hija del sargento de la Ertzaintza, le embargó la pena solo al evocar que le "hubiera gustado mucho" conocer a ese Goikoetxea del que tanto le hablan quienes eran amigos de su padre, tanto del ámbito político como profesional, al Joseba del que le narra infinidad de episodios su madre, a la que le "encanta escuchar". La convivencia que le privaron con ese padre "que estaría hoy celebrando, contento, saber que en esta Euskadi sin atentados de ETA no habrá más niños huérfanos" como ella. Afirmación rotunda y que habrá retumbado en todos aquellos que se vean reflejados en Leire. Demasiados.

Antes habían abierto el acto central los dantzaris Iker y Sara Ruiz, del Beti Jai Alai Dantza Taldea, con un aurresku siempre pasional en un ambiente de emoción contenida, así como el respetuoso Agur Jaunak. El acto, que fue presentado por el periodista Xabier Lapitz, contó también con la participación del bertsolari Xabier Euskitze, y el epílogo de una alegre jota acompañada por los txistularis Gotzon Tueros, Tomás Saracibar y Patxi Zorrozua. La carpa se quedó pequeña y los aledaños de la Plaza de la Convivencia se desbordaron.

Hasta la posterior comida de hermandad en el Kafe Antzokia todo fue una riada de esperanza. Y Rosa, la mujer de quien fue condenado a entregar su vida, volvió a sonreír. También Jose, que ya deja llorar a su madre. Y el nieto de Joseba, firme, en primera fila, que recogerá los frutos y una Euskadi en libertad.

"Las víctimas, sean de donde sean, debemos luchar para que hijos y nietos crezcan en paz"

rosa rodero

Viuda de Joseba Goikoetxea