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Las correcciones del Gobierno liman los recelos de la oposición ante el Plan de Paz
Míriam Vázquez
Bilbao. El Gobierno Vasco presentará mañana la versión definitiva de su Plan de Paz, y lo hará en un contexto en que los partidos comienzan a mostrarse más receptivos ante la iniciativa. El giro de última hora lo ha propiciado la apuesta de Lakua por hacer más explícitas las alusiones al suelo ético, que remarca el compromiso con la memoria como "herramienta esencial para deslegitimar el terrorismo", y que aboga por reconocer la responsabilidad de cada cual en el pasado. Esa matización puede satisfacer las reivindicaciones del PP, que ya aplaudió el paso anteayer; y también puede seducir al PSE, que basó la práctica totalidad de sus alegaciones en elevar la exigencia a la izquierda abertzale y en poner en valor ese suelo ético. José Antonio Pastor no quiso adelantar ayer la postura oficial, pero se mostró menos reticente al considerar "positivo" el cambio. Aunque pudiera interpretarse que su inclusión podría alejar a EH Bildu, ya que los constitucionalistas ven en ese suelo una vía para poner en la picota a la izquierda abertzale y elevar la presión, la coalición matizó ayer no supondrá un "obstáculo" para ella aunque no lo comparta.
El parlamentario de EH Bildu, Pello Urizar, explicó en Radio Popular que, del mismo modo en que su partido no se opuso a que el suelo ético sirviera de documento de trabajo en la Ponencia de Paz, tampoco lo convertirá ahora en una razón para la ruptura. "Ahora que vuelve a aparecer ese término, volvemos a decir que, tal y como está descrito, está incompleto, pero EH Bildu ha demostrado que no va a ser obstáculo para que cualquier parte del proceso de paz, me da igual que sea la ponencia o el plan, pueda seguir adelante", zanjó. Aunque la coalición aceptó que ese suelo fuera un documento de trabajo, el PSE dejó la ponencia al creer que debía asumirlo en persona y no limitarse a trabajar sobre él con aspiración de cambiarlo.
Sin embargo, el mayor escollo al que puede enfrentarse el plan es el agitado contexto en materia de paz. A pesar del acercamiento de última hora y del esfuerzo de consenso de Lakua, factores externos al texto podrían dar un nuevo vuelco a las expectativas. A la ya delicada situación interna del PP por el varapalo de la doctrina Parot y la presión de ciertas víctimas, se suma ahora el enredo por las declaraciones del presidente de Sortu, Hasier Arraiz, que podrían mover a los populares a marcar perfil y endurecer su discurso. Por lo pronto, han registrado una moción para que el Parlamento se reafirme en la deslegitimación de ETA. Lo que se diga en ese debate podría condicionar las adhesiones al plan. El ambiente ya está caldeado, después de que buena parte de los partidos entendieran que Arraiz justificó a ETA al considerar un acierto la trayectoria de la izquierda aber-tzale en los últimos 35 años.
negociación El secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, puede haber dado con la tecla para abonar el consenso, aunque no cabe pensar en un apoyo incondicional en una cuestión tan sensible, sino más bien en que los partidos no veten de entrada el plan y accedan a trabajar sobre él con mayor o menor entusiasmo. Según fuentes de Lehendakaritza consultadas, Fernández mantuvo abierta la negociación hasta ayer, aunque esos últimos contactos no habrían resultado decisivos porque "ya estaba hablado lo que había que hablar". El secretario presentará mañana su plan en rueda de prensa en la sede del Ejecutivo vasco de Donostia, y Lakua lo aprobará la próxima semana en Consejo de Gobierno. Al tratarse de un plan del Ejecutivo, no necesita respaldos. No obstante, sí se remitirá a la Cámara en un gesto de deferencia para que los parlamentarios dispongan de la versión definitiva, como ya ocurriera con el borrador.
Está por ver cómo lo acoge la oposición aunque, a la luz de las últimas declaraciones, su actitud parece menos beligerante. Cuando Lakua presentó el primer esbozo, todos lo criticaron y lo hicieron, además, en direcciones opuestas. Los constitucionalistas lo vieron complaciente con la izquierda abertzale, y EH Bildu apuntó justo lo contrario al entender que minimizaba las vulneraciones de derechos causadas por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, también se atisbaba cierto margen: las alegaciones se centraban en criticar el lenguaje y la lectura del pasado, pero cuestionaban mucho menos su metodología y los objetivos, la parte nuclear del plan.
Por ejemplo, el PSE lamentó que el texto hablara de "violencia" y no de "asesinatos", y que pudiera ser complaciente con la izquierda abertzale pero, al bajar a lo concreto, compartía la apuesta por reconocer todas las vulneraciones y por investigar las denuncias de torturas, defendía una política penitenciaria más flexible, y ponía en valor el Instituto de la Memoria, pactado precisamente con los jeltzales. Algo similar sucedió con EH Bildu, descontenta con que el plan situara a ETA como "principio y fin de la tragedia", pero en el fondo de acuerdo con varias iniciativas, aunque pedía mayor contundencia, por ejemplo, al reivindicar una política penitenciaria más flexible.
Las diferencias parecían mayores en el caso del PP, que condicionaba el fin de la dispersión a la disolución de ETA -su discrepancia era una cuestión de tiempos y no tanto de fondo-, y tampoco compartía que se mezclara a las víctimas en el Instituto de la Memoria. Aun así, no se negó a reconocer a los damnificados por "contraterrorismos ilícitos", más allá de que el nombre le pareciera más o menos afortunado. Las posturas pueden acercarse más con el blindaje del suelo ético, que precisamente tiene mucho que ver con el lenguaje. Sin embargo, deben resolverse las serias discrepancias que sí ha desatado entre los constitucionalistas la alusión al compromiso de la Ertzaintza con la ética. Lakua no quiso avanzar si ha alterado ese punto.
El socialista José Antonio Pastor toma asiento mientras Jonan Fernández saluda a Laura Mintegi, de EH Bildu, en una cita anterior. Foto: efe
"La inclusión del 'suelo ético' es positiva pero no nos pronunciaremos hasta ver el texto"
José Antonio Pastor
Portavoz del PSE en el Parlamento
"El 'suelo ético' está incompleto, pero EH Bildu ha demostrado que no será obstáculo"
Pello Urizar
Parlamentario de EH Bildu