madrid. Lejos de aclararse, las operaciones en España de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos van adentrándose cada vez más en el terreno de las conspiraciones y las medias verdades, como procede por otra parte con las actividades propias del espionaje. Según se desprende de los documentos filtrados por el exanalista Edward Snowden, los cuales los servicios secretos españoles ayudaron a los norteamericanos a acceder a los sistemas para la captación de millones de llamadas, correos y otra información sensible.
Según informó The Wall Street Journal y El Mundo, los servicios de inteligencia españoles -como sucede con Francia- no sólo conocían el trabajo de NSA, sino que además le facilitaron sus tareas. Los nuevos documentos de Snowden muestran ahora cómo los servicios secretos estadounidenses cuentan con la colaboración de diferentes países -entre ellos, España en un lugar destacado-, para tener acceso a "la información de inteligencia, incluyendo los metadatos".
El documento secreto y oficial de la NSA clasifica la cooperación de los países en cuatro niveles, con España formando parte del segundo grupo, el de "cooperación centrada", junto a otros 19 países, todos ellos europeos con excepción de Japón y Corea del Sur. Según el documento, la NSA "debe evaluar cuidadosamente cualquier cooperación con los países de este grupo, con la meta de aplicar un criterio consistente para el beneficio neto de los intereses estadounidenses".
El documento explica cada paso de las operaciones, enmarcado en un plano de "orientación en cooperación extranjera en operaciones de computación en red", dentro del "director de Inteligencia Central (DCI)". Se explican los diferentes tipos de operaciones de computación en red (CNO), cuyas "aptitudes e informaciones» serán compartidas entre los Estados Unidos y los países aliados a su política de espionaje, lo que viene a indicar que los responsables de la Inteligencia española habrían permitido o ayudado a la primera potencia mundial a intervenir esas 60 millones de llamadas telefónicas los pasados diciembre y enero.
comisión de secretos Mientras tanto, la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso sirvió para conocer que el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, comparecerá la semana que viene en la Comisión de Secretos Oficiales para dar cuenta del supuesto espionaje.
En su comparecencia ante la Cámara Baja para informar de las conclusiones del Consejo Europeo celebrado en Bruselas la pasada semana, Rajoy subrayó que el Ejecutivo "se toma muy en serio" las informaciones aparecidas en los medios de comunicación "sobre las posibles actividades en España".
Por eso, señaló que dio instrucciones para que se convocara al embajador de Estados Unidos en España, James Costos, para solicitar información y "disipar dudas" sobre esas "presuntas actividades".
Según añadió, en la reunión del lunes el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, trasladó al embajador norteamericano la "inquietud" del Gobierno por las informaciones que "apuntan algunos actos que, de ser ciertos, resultarían inapropiados e inaceptables entre socios y amigos".
Muchos de los portavoces de los grupos pidieron a Rajoy que mantenga una actitud más firme ante Estados Unidos, pero el jefe del Ejecutivo defendió la actuación del Gobierno porque insistió en que es preciso recabar antes toda la información para determinar si realmente hubo espionaje.
reacciones No convenció a casi nadie. Mientras que desde la oposición denunciaron la tibieza con la que, en su opinión, el Gobierno español ha reaccionado, Rajoy quiso agradecer el trato de "equilibrio y sensatez" que está dando a este asunto el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien señaló que hay que decirle a EEUU que ha puesto en riesgo la confianza si se demuestra el espionaje.