vitoria. El Parlamento Vasco hizo valer ayer la mayoría de los votos que suman PNV y EH Bildu para demandar la puesta en libertad del líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi y los otros cuatro dirigentes que cumplen condena desde el año 2009 por el llamado caso Bateragune. Y lo hizo, de nuevo, en medio de un bronco debate en el que las provocaciones, interrupciones y exabruptos pusieron de manifiesto la animadversión entre bancadas a la hora de abordar determinados temas con especial relevancia mediática.

La coalición soberanista llevó hasta la sesión plenaria una propuesta en la que demandaba la suspensión de causas penales basadas, a su juicio, en la "acción política pública". Así califica EH Bildu la labor de Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez cuando fueron detenidos y acusados de ser miembros de ETA, una conclusión a la que los tribunales llegaron al considerar que la intención de los procesados era reavivar la ilegalizada Batasuna.

El aforado abertzale Julen Arzuaga defendió desde la tribuna el "movimiento estratégico" que los hoy encarcelados propiciaron y que situó como origen de los cambios en una izquierda abertzale que en el momento que tuvieron lugar los hechos, a diferencia de hoy, no poblaba las gradas del Parlamento Vasco por estar ilegalizada.

La coalición soberanista no es la única fuerza política que asume un giro en los postulados abertzales, pero solo el PNV comparte que Otegi y los demás encausados fueron detenidos "por hacer política", como sostuvo el portavoz de este grupo, Joseba Egibar.

El veterano parlamentario inició su alocución recordando los dos años completados desde que ETA cesó su actividad y recordó las "diferentes estrategias" que han transitado por la corriente ideológica abertzale hasta la apuesta exclusiva por la política que a día de hoy constata en la bancada soberanista. Por ello, Egibar no duda de que los cinco imputados en el caso Bateragune "deben estar libres para hacer política" y para que la izquierda abertzale "haga su camino".

Este recorrido "pendiente" de la bancada liderada por Laura Mintegi es una constante en el discurso socialista, pero ayer Rodolfo Ares marcó distancia con jeltzales y EH Bildu amparado en la separación de poderes, el mismo argumento que Nerea Llanos defendió para el PP tres días antes de que su partido tome parte en una marcha contra el fallo del Tribunal de Estrasburgo que entierra la doctrina Parot. Ambos sostuvieron que la puesta en libertad de estos reclusos no es una decisión que atañe a las fuerzas políticas, sino que corresponde a los jueces tomar esa decisión.

El exconsejero defendió el respeto a las decisiones de los tribunales y negó que exista en sus filas la creencia de que Otegi y los demás arrestados en 2009 hayan sido enjuiciados por hacer política, sino que acabaron en la cárcel por "formar parte de ETA o por tratar de dar continuidad a organizaciones ilegalizadas".

Llanos también hizo referencia a la figura de Otegi para denunciar que la izquierda abertzale pretende, tras los cuatro años que el líder de esta corriente política ha pasado entre rejas, presentarle como el "eusko Gandhi".