Madrid. ¿Qué le parece la ley Wert?

Francamente, observo con mucha preocupación la política de recortes. Me preocupa la educación, la sanidad y la cultura. Un país que dificulta el acceso a la educación y a la cultura es un país condenado al fracaso. Si no se modifica esta política educativa, se va a pasar mal.

¿Qué le parece que la religión pueda ser evaluable?

Entendería oportuno que se estudiara historia de las religiones, y creo que es esencial que los valores éticos se inculquen desde pequeños. La convicción religiosa es algo íntimo y no se puede evaluar como asignatura.

El aborto vuelve a formar parte de la agenda política. ¿Entiende a Gallardón?

No. La ley responde a las necesidades de este país, y no hay una razón para que se modifique. Me ofende como mujer que Gallardón diga a las mujeres lo que tengan que hacer. Con su gestión, en mi opinión, estamos retrocediendo a tiempos anteriores de la Constitución..

¿Está siguiendo la actualidad vasca y catalana?

Sigo ambas, pero sobre todo la catalana. He vivido muchos años en Barcelona y me siento muy catalana y sigo la actualidad.

¿Y qué lectura hace del momento político actual?

Estamos viviendo un momento complicado y difícil. En política no haya nada peor que no tomar decisiones y dejar que los problemas se vayan agrandando.

¿Es cuestión de valentía?

Sí. Echo de menos que no estén tomando decisiones y que se esté dejando llevar por la confrontación. La sociedad catalana ha mostrado un gran sentido común.

Hace 30 años que se destapó los GAL. Y Galindo está en la calle.

Cumplió la condena. Ese es el juego democrático. Ha cumplido la obligación que tiene con la sociedad.

La hermana de Lasa, asesinado por los GAL, dice que han otorgado "una medalla más" a Galindo concediéndole la libertad. ¿Qué le diría?

Se ha aplicado la ley. Lo que no puede ser es que en función de quién sea el autor de un hecho delictivo se quiera otro trato de la ley.

¿Qué sensación le queda después del encuentro entre víctimas de ETA y sus autores?

Me emocionó que la viuda de Juan Marí Jáuregi tuviera un encuentro con uno de los autores de su asesinato. Todo el mundo sabe que yo era amiga de Juan Mari. Sentí muchísimo su muerte como siento todas. Hable con Maixabel (su viuda) y me emocioné. Me sentí muy orgullosa. Cada víctima es un mundo y debe saber cómo reaccionar.

¿Cómo ve el horizonte de Euskadi?

Con enorme esperanza. Se ha sufrido mucho con un dolor muy innecesario. El pasado no se debe olvidar, pero lo importante es mirar al futuro. La gente vasca es muy madura, con un profundo sentido de los valores. Se va a saber superar ese pasado.

Quedan asuntos pendientes para la normalización.

Pero confío mucho en la sociedad vasca. Y confío en que por parte del gobierno de la nación se hagan gestos que ayuden a abordar un futuro de esperanza y un futuro mejor. Todos debemos ser generosos.

¿Qué gestos ayudarían?

Como estuve en el Ministerio de Interior, intento ser muy respetuosa con quien esté en el cargo. Veo muchos gestos positivos en el ministerio y espero que el gobierno de la nación sepa dar pasos en esa línea en un marco de esperanza para solucionar los conflictos.

¿Cuando estuvo en el ministerio, ya intuía la evolución de la extrema derecha?

En aquel entonces era algo minoritario. Me preocupa como fenómeno europeo: Francia o los países nórdicos. Los ciudadanos españoles deberíamos reflexionar sobre lo que está pasando en toda Europa.

¿Espera otro repunte?

No, espero que no. Bastante nos ha costado la defensa de los derechos humanos para permitir las más mínimas aventuras en ese terreno.

¿La justicia entiende de utopías?

Los jueces tienen que aplicar las leyes con arreglo a los valores constituciones y las realidades sociales. Un juez no puede ser un autómata sin más, ni vivir aislado de la sociedad en la que vive. Si un juez aplicara la ley estando de espaldas a la sociedad, la sentencia seria menos justa.

¿Serán posibles o legales las nuevas vías o estatus políticos?

Vivimos tan deprisa que lo que hoy nos parece imposible será posible dentro de diez años. Hace poco estuve en Estrasburgo y todavía quedan las huellas de la Segunda Guerra Mundial. Lo importante es que los nuevos escenarios sean fruto de un proceso democrático y de consensos de los ciudadanos. No hay nada peor que un determinado régimen se pueda imponer sin el consenso y sin la mayoría. Me preocupan los iluminados que se piensan que siempre tienen la razón.

¿Sobran iluminados y faltan políticos profesionales?

Sería importante que la gente llegara a la política no de forma regalada sino como consecuencia de un esfuerzo.

¿Qué opina de los políticos vascos?

Toda la gente que conozco es gente que tiene un bagaje cultural y profesional.

¿Qué haría con la Audiencia Nacional una vez que ETA ya no está operativa?

Soy favorable a su supresión. Hay una delincuencia económica organizada que no conoce fronteras y es muy sofisticada. Para la lucha contra la criminalidad económica, nos podría servir quizás parte de esa estructura, pero nació con una finalidad que por suerte ha terminado.

Ahora que se va del CGPJ, ¿ha mandado tanto como dicen?

Solo he trabajado. He intentado hacer lo mejor posible, con aciertos y errores. Siempre he intentado trabajar para afianzar el servicio público.

¿Le tienta la política?

Me gusta, pero aún más la carrera de juez. Siempre me he sentido juez.