Marta mARTÍN
Hay muchas maneras de comenzar una nueva vida. También en la empresa. Hace cinco años, en 2008, la factoría Ingeteam, de raíces vizcaínas, llegó a los Estados Unidos consciente de que la paciencia es parte del secreto en esta tierra, de que es necesario sembrar con mimo para después obtener una buena cosecha. Su presidente y fundador, Javier Madariaga, insistía ayer en esa idea: "Esto es una política de inversión a largo plazo. No se trata de aprovechar el chollo de unas olimpiadas. Hay que ir más allá". Espíritu de emprendimiento vasco en una ciudad que parece estaba destinada a su llegada. Su alcalde, Thomas Barret, de 60 años, se pagó el mismo sus estudios trabajando en las líneas de montaje de la archifamosa fábrica de motos Harley-Davinson, todo un gigante de la industria dedicada a la fabricación de motocicletas.
Barret agradecía ante el lehendakari la apuesta vasca en sus tierras. "Estamos extremadamente orgullosos. La oportunidad de que Ingeteam esté aquí es beneficioso para todos", resumía tras un encuentro a puerta cerrada con Iñigo Urkullu, reunión que se alargó por espacio de media hora.
Y así, en su apuesta por el mercado norteamericano, en 2010, en plena crisis económica, Ingeteam invirtió más de diez millones de euros para inaugurar nuevas instalaciones en Estados Unidos, para impulsar el diseño de componentes electrónicos para diferentes sectores de la energía como el eólico o el fotovoltaico. La multinacional vasca se vistió de gala para recibir la visita del lehendakari, en una suerte de escala de día en su viaje institucional por Estados Unidos entre los compromisos fijados en Washington y Nueva York.
Matriz en zamudio Para su aventura en la llamada tierra de las oportunidades, Ingeteam escogió establecerse en Milwaukee entre más de doscientas ubicaciones. La ciudad más grande del estado de Wisconsin -dicen los llegados de fuera que aqui se fabrica el frío y se exporta al resto del mundo- ofrece tradición industrial semejante a la vasca, mano de obra cualificada y apoyo siempre bienvenido de las autoridades locales.
Ingeteam devuelve al país un equipo de trabajo transcontinetal, con oportunidades deformación en su empresa matriz de Zamudio y estabilidad laboral a más de ochenta empleados, pero con previsiones de crecimiento. Confian en triplicar su plantilla para 2015. En la actualidad, los sistemas de generación eólica que impulsa Ingetean alcanzan una cuota de mercado mundial del 8%. Intercambio de favores que mejoran cuando, además, el ambiente se ve favorecido por una hospitalidad que no se corresponde con la arrogancia que se suele presuponer en el ciudadano norteamericano.
"Aquí se está muy bien. La gente de Milwaukee se asemeja al tipo de gente que tenemos en Euskadi, muy parecidos en hospitalidad, en abrirse al llegado de fuera y en mostrar interés por nuestras cosas. Gente muy cordial y amable", resume Aitor Sotes, director general de Ingeteam en Estados Unidos. Claro que, otra cosa, es cuando se aborda el tema de la nostalgia, de qué se echa de menos.
Y en ese apartado, como casi siempre sucede, gana, claro está, la familia, pero sobre todo, la comida de casa porque -asegura convencido Sotes- "lo tengo claro, como el pescado de ama, no hay nada". Y, eso no lo cambia nada, por muchas oportunidades que se busquen al otro lado del Atlántico.