vitoria. Herrira volvió ayer a estar presente en el Parlamento Vasco, donde el lehendakari, Iñigo Urkullu, asumió que operaciones como la efectuada contra esta asociación de apoyo a los presos de ETA no facilitan la consecución de la paz y la normalización en Euskadi.

Pero, de forma paralela, el jefe del Ejecutivo autonómico también advirtió a los dirigentes de EH Bildu de que no pueden refugiarse en la crítica a acciones de este tipo para evitar "dar nuevos pasos" y exigir a la organización terrorista, tal y como lo hace el resto del arco parlamentario, su desarme y realizar una lectura crítica de su trayectoria.

La Cámara del parque de La Florida retomaba en el Pleno de control de ayer la polémica operación jurídico-policial del pasado lunes, después de conocer la puesta en libertad de las 18 personas detenidas y la suspensión de las actividades de Herrira decretada la víspera por la Audiencia Nacional. Y también con el reciente recuerdo de la declaración compartida tras la sesión parlamentaria del jueves entre PNV y EH Bildu acerca de estos hechos, un texto que, no obstante, mantiene vivas las notables diferencias que en torno a este asunto y su trasfondo presentan jeltzales y soberanistas.

Al igual que lo hizo el portavoz de su Gabinete tres días antes, Urkullu reiteró ayer en sede parlamentaria que iniciativas de esta índole "no contribuyen a allanar el camino a la paz", aunque el lehendakari mostró su malestar si se pretenden aprovechar estas situaciones y sus consecuencias para cuestionar el trabajo de la Ertzaintza.

Así, el líder jeltzale defendió con la mirada puesta en la bancada de la coalición soberanista la labor de los agentes vascos para mantener el orden público, una misión en la que si es necesario "debe utilizar la fuerza de forma proporcionada", según apuntó el lehendakari. La frase fue acogida con revuelo entre los aforados abertzales, que recordaron la agresión sufrida en la cabeza por una senadora de Amaiur en los incidentes que acompañaron a la detención de los miembros de Herrira.

"carencias" del plan de paz EH Bildu considera que lo acontecido en torno a esta plataforma supone un ejemplo de las "carencias" que contempla el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco. En este sentido, el parlamentario de este grupo Julen Arzuaga criticó que en este documento no se haga ninguna mención a las "medidas de excepción" que durante años han impedido una vida política normalizada en Euskadi, según apuntó.

Pero las críticas de la coalición soberanista no se ciñen a reivindicaciones históricas de esta corriente ideológica. También rechazan la equiparación en la que, a juicio de Arzuaga, cae el Gobierno Vasco al "comparar" "un ataque a los derechos civiles y políticos" de los miembros de Herrira con el último comunicado de ETA.

Urkullu, por su parte, reclamó a la bancada soberanista que en lugar de demandar movimientos a las demás fuerzas representadas en el Legislativo autonómico "den pasos" de forma unilateral para sumarse a las demandas que exigen el desarme verificable e inminente de la organización terrorista. "Si usted está dispuesto a hacerlo le acompaño inmediatamente", añadió el lehendakari.

Al margen del debate parlamentario, los efectos de la polémica social y política creada en torno a la suspensión por dos años decretada por la Audiencia Nacional tuvo su fiel reflejo en la sede del PP de Donostia, que ayer amaneció precintada con los distintivos que desde el colectivo afectado por la operación judicial y el resto de la izquierda abertzale se emplean a la hora de demandar el regreso de los presos de la organización terrorista a Euskadi.