foronda. El debut de Iñigo Urkullu en calidad de lehendakari y de Andoni Ortuzar por primera vez al frente del PNV en un Alderdi Eguna encabezaron ayer la lista de novedades en las campas de Foronda. Pero en lo que se refiere a la búsqueda de una paz consolidada, sin vuelta atrás, y la plena convivencia de la sociedad vasca en una situación ajena a la violencia la formación jeltzale mantiene inalterable la receta que ha repetido a lo largo de los últimos años.
La exigencia a ETA para que entregue las armas y certifique su "final definitivo" se escuchó ayer desde el atril de oradores por partida doble. Un día después de que la organización terrorista justificara en su último comunicado la actividad que ha mantenido durante medio siglo por haber "ayudado a la supervivencia de Euskal Herria y a mantener abierta la puerta de la libertad", Urkullu y Ortuzar reclamaron el desarme, el adiós "cuanto antes y ante este pueblo" de la banda, en clara referencia a la posibilidad planteada desde Sabin Etxea para que ETA dé el paso definitivo en la despedida de su arsenal con las instituciones vascas como testigos de excepción.
Una exigencia en la que el lehendakari tampoco quiso obviar la "responsabilidad" de otros agentes, como la suya propia al frente del Gobierno Vasco para "ayudar e impulsar un proceso de normalización social de la convivencia" o la del Gobierno español de "modificar la política penitenciaria". Ambas demandas figuran entre las prioridades del partido jeltzale con el objetivo de que "las víctimas a las que ETA ignora se sientan reconfortadas" y los presos, "esos a los que ETA utiliza, vean reconocidos los derechos que, en condición de seres humanos les asisten", según describió Ortuzar en su alocución.
En este ámbito se enmarca la Ponencia de Paz y Convivencia que alumbraron en el Parlamento Vasco jeltzales, socialistas y la coalición EH Bildu, un foro que la desbandada del grupo liderado por Patxi López ha relegado a una situación de stand by que genera serias dudas sobre su continuidad. Su lugar, al menos en el discurso del lehendakari, lo ocupa ahora el plan de idéntico nombre que Urkullu sí mencionó ayer ante sus compañeros de partido. Esta es la apuesta del Gobierno Vasco para avanzar en un complicado sendero que también cuenta con otras alternativas en bancadas de la oposición parlamentaria.
Así, el presidente del EBB incluyó en su repaso a la "paz", el segundo eje vertebrador de su intervención, críticas a la "vía vasca" que EH Bildu plantea como su particular receta para avanzar en este ámbito. "Nos hablan de vía vasca los que se han opuesto a todas las vías, autovías, autopistas y hasta caminos vecinales de este país", señaló Ortuzar ante las risas cómplices de sus compañeros de filiación.
El líder jeltzale ve en la propuesta de la coalición soberanista un reflejo de las "prisas" que tiene esta representación parlamentaria después de que la izquierda abertzale, principal corriente ideológica en la estructura a cuatro de esta formación, "haya desperdiciado todas las oportunidades", según Ortuzar, quien añadió que ahora "tienen otra oportunidad, la última, y tienen que aprovecharla".