Gasteiz. Idoia Mendia asegura que después de "nueve meses perdidos" se abre una nueva etapa en la Comunidad Autónoma Vascas tras el pacto alcanzado por el PNV y el PSE.

¿Qué ha cambiado en los nueve meses que lleva Iñigo Urkullu como lehendakari para que ahora se produzca el pacto PNV-PSE?

La actitud del Gobierno y del PNV. Si se lee el acuerdo firmado hay cosas que los socialistas planteábamos cuando estábamos en el gobierno y cuando hemos pasado a la oposición. La enmienda a la totalidad de los Presupuestos de 2013 seguía la misma línea argumental que ahora se ha plasmado en el acuerdo. Lo fundamental es que se ha producido un giro en las posiciones del Ejecutivo vasco y del PNV. Ellos creían que la legislatura iba a ser más fácil apoyándose en la geometría variable, y se han dado cuenta de que no es así.

¿Quién se beneficia más del pacto?

La ciudadanía vasca. En los tiempos que corren, la gente lo está pasando mal. Con este acuerdo se busca la fórmula para conseguir más ingresos económicos para ayudar a las empresas, para sostener los servicios públicos y para ayudar en el empleo a los segmentos que están sufriendo especialmente la crisis, los mayores de 45 años y los jóvenes.

Patxi López asegura que el pacto recoge los ejes básicos planteados en su Gobierno.

Lo que hemos demostrado, tanto en el gobierno como en la oposición, es alturas de miras. Siempre hemos sido capaces de alcanzar acuerdos y desde el gobierno pusimos medidas que ahora han tendido reflejo en este acuerdo. Cuestiones que son importantes como la lucha contra el fraude fiscal. Es verdad que las diputaciones tienen sus planes propios, pero Euskadi es un país específico en el que cada territorio tiene sus propias competencias y, si a la hora de luchar contra el fraude las haciendas forales no se comunican, todo es más difícil. Es ilógico que las diputaciones no se conecten contra el fraude. También teníamos planes en favor del empleo que ahora los hemos acordado. El acuerdo tiene mucho de política socialista, pero es bueno para el país y es bueno que sea entre distintos.

¿Es un pacto fiscal, un pacto de legislatura? ¿Qué es?

No lo llamaría un pacto fiscal, pero tampoco es un pacto de legislatura. Existe el acuerdo de gobierno propiamente dicho o el pacto de legislatura, que es el que tuvimos en la pasada legislatura entre socialistas y populares. Esto es algo diferente. Es un acuerdo que hemos alcanzado sobre varios ejes fundamentales. El primero es la obtención de más recursos y para qué los queremos. También vamos a revisar nuestra arquitectura institucional para hacerla más moderna y eficaz. Y, por último, hay que revisar todo el entramado entre diputaciones, ayuntamientos y gobierno, y buscar sinergias.

¿Cuál va a ser la postura del PSE en la actual legislatura?

Lo importante de este pacto es que estaremos de acuerdo en las cuestiones que están reflejadas en él. Estaremos vigilantes de que se cumpla. Pero quedan muchas cuestiones fuera del pacto y ahí estaremos haciendo la oposición que hemos hecho hasta ahora. Es una oposición propositiva, como la que siempre hemos hechos. Haremos crítica constructiva y presentaremos nuestras propias propuestas. Algo que nos ha permitido liderar la oposición en el Parlamento Vasco a pesar de que somos la tercera fuerza. EH Bildu es la segunda y, sin embargo, no lidera la oposición, ni con propuestas ni con control al gobierno.

El PP se queja de que el PSE ha cerrado la posibilidad de sumarse a este acuerdo. ¿Es un pacto cerrado?

Eso no es cierto. Lo que pasa es que querían forzar una situación que es incomprensible. Nosotros llevamos trabajando el tema de fiscalidad desde mucho antes. Desde junio venimos trabajando en los cuatro ejes del acuerdo. No se puede pretender en una mañana entrar en un acuerdo que es muy denso. Además en el PP hay una divergencia muy clara que es el diputado general de Araba, que apuntaba a medidas contrarias a las recogidas en el acuerdo. Se pueden sumar, pero el acuerdo está ahí.

¿Puede salir adelante el acuerdo teniendo en cuenta que Bildu gobierna en Gipuzkoa y el PP en Araba?

En el acuerdo firmado otorga la centralidad al Parlamento y al Gobierno vasco. La capacidad de armonización es algo que estaba en las leyes, pero nunca se ha llevado a cabo. La semana que viene hay un pleno de fiscalidad y en ese pleno, respetando las normativas de las diputaciones, vamos a acordar las líneas básicas de la fiscalidad para Euskadi. Si se da el caso de que en Gipuzkoa o Araba se aprueban cosas diferentes y se produce una desarmonización que genera tensiones a la hora del reparto del dinero, entonces el Gobierno tiene la facultad de armonizar en el plazo de cuatro meses. Esta posibilidad ya está en la ley pero es novedoso que pueda ponerse en práctica. El PP puede entrar en esta reforma porque en España la presión fiscal es mucho más fuerte.

En Gipuzkoa hay un acuerdo fiscal PSE- EH Bildu. ¿Por qué a nivel de la CAV no se puede pactar?

La única explicación es que sea una postura política. Antes de entrar a conocer la reforma fiscal que hemos pactado, ellos ya han dicho que no van a entrar.

Mañana se reúnen con EH Bildu. ¿Con qué predisposición acuden?

Con toda la disposición del mundo. Iremos a explicar lo que hemos acordado. Además las modificaciones fiscales van en el mismo sentido que las que se aplican en Gipuzkoa. Creo que se recoge casi el 90% de lo que se aplica en Gipuzkoa, por lo que cada uno tendrá que dar muchas explicaciones.

¿Ve a EH Bildu y al PP con ganas de entrar el pacto?

Parece que hay diferente disposición en unos y otros. EH Bildu parece más contrario y el PP, más abierto, pero habrá que verlo.

¿El PSE apoyará los Presupuestos para el 2014?

Las negociaciones son distintas. Ahora hemos negociado un acuerdo que es bueno para Euskadi, y buena parte de ese acuerdo tiene que estar en los Presupuestos. Lo primero que haremos será estudiarlos y controlar que todo lo acordado con el PNV tiene su reflejo en las Cuentas, y luego empezar a negociar el resto de los Presupuestos. Lo cierto es que el clima entre los dos partidos es bien distinto. Hay un antes y un después de este acuerdo.

¿Se ha cerrado el enfrentamiento entre los dos partidos?

La manera de hacer oposición es diferente. Sin renunciar a nuestros principios, nuestra forma de hacer oposición es totalmente diferente. Insisto, el pacto ha sido posible porque el PNV y el Gobierno han variado sus posiciones. El PNV pensó que en minoría podía gobernar con facilidad y le ha costado darse cuenta de la realidad. Nueve meses que ha perdido Euskadi.

Donde no hay acuerdo es en la Ponencia de Paz. ¿Por qué han abandonado ese foro?

Ya dijimos en junio que no veíamos demasiadas convicciones. Empujamos para que se constituyera la ponencia en esta legislatura con ilusión y muy buena fe, porque ahora que la izquierda abertzale está en el Parlamento era una buena ocasión. Sin embargo, desde que puso en marcha hasta junio hemos asistido a un endurecimiento en el discurso más ortodoxo de la izquierda abertzale. Hablan de presos políticos, de la justificación de los asesinatos. Luego está lo sucedido en Donostia u Ondarroa. El país necesita construirse sobre unas bases mínimas y lo mínimo es reconocer que ha habido una violencia terrorista totalmente injustificada. Hay que ser muy finos cuando hablamos de estas cosas y lo mínimo es reconocer dónde ha estado cada uno en los últimos cuarenta años. No ha existido esa autocrítica y tampoco se les ve con disposición a hacerla. No es que nos hayamos querido ir, ya que en realidad quien se tenía que haber ido es la izquierda abertzale, pero no ha sido así.

¿Le sorprende que la ponencia siga adelante?

Me sorprendió que haya una divergencia entre lo que dice el grupo parlamentario del PNV y Urkullu. El lehendakari hizo unas declaraciones muy contundentes en el Consejo de Gobierno de Donostia, en agosto, donde dijo que la izquierda abertzale tenía que revisar su pasado y, sin embargo, el PNV continúa en la ponencia. Son contradicciones que se dan el PNV.

Se esperaba mucho de esta legislatura en la que todas las sensibilidades están en el Parlamento.

Iremos avanzando poco a poco. ETA todavía persiste y en otros países como en Alemania tardaron mucho en abordar su pasado. No hay que verlo todo negro y hay que pensar que podemos avanzar.

En los últimos días se especula con un gesto de ETA antes de fin de año.

Con especulaciones prefiero no hacer valoraciones. Lo que tiene que hacer ETA, si va a hacer algo, es disolverse. Una vez que de ese paso, el tema de las armas ya se resolverá. Lo que tiene que hacer es abandonar la tutela que quiere establecer sobre todos los vascos. Somos mayorcitos.

¿Cree que va a servir para algo la Conferencia de Paz auspiciada por el alcalde de Donostia?

Es marketing y, además, de carácter interno para sus propias bases. Si al final las actitudes no cambian...

¿Cambiará la política penitenciaria?

Debería servir a la reinserción del colectivo de los presos. La izquierda abertzale debe responsabilizarse de ese colectivo porque durante muchos años ha vendido la moto de la amnistía. De la misma manera que Sortu ha asumido la legalidad española o en los ayuntamientos gobernados por Bildu ondea la bandera española, los presos deben tener la opción de aceptar la legalidad penitenciaria vigente para iniciar el camino de reinserción. Se deben quitar las tutelas sobre los presos y que decidan libremente su camino. Al final la presión sobre los reclusos y su familias es muy grande y los presos tienen una doble condena, la de sus delitos y la que le impone la propia banda.