MADRID. La mayoría de estas operaciones, de carácter traumatológico, han sido motivadas por accidentes o por problemas de desgaste en el sistema óseo.
Sólo en la cadera sufrió tres en poco tiempo: una en la cadera derecha para implantarle una prótesis tras una caída en un accidente durante una cacería en Botsuana, otra para recolocarle ese mismo implante y una tercera para colocarle otra prótesis en la cadera izquierda, muy desgastada por la artrosis.
Cuando vuelva a entrar en el quirófano, don Juan Carlos lo hará por decimotercera vez en su vida.
La primera vez que estuvo en la mesa de operaciones fue a los 16 años, cuando en 1954 fue operado de apendicitis en Tánger.
De niño, seis años antes, había requerido una intervención menor para superar una otitis que le sobrevino en Friburgo (Suiza) y le obligó a permanecer dos semanas en el hospital.
Hasta ahora, su última operación data del pasado 3 de marzo; tuvo lugar en la Clínica La Milagrosa de Madrid a cargo del neurocirujano Manuel de la Torre Gutiérrez, quien le trató con éxito una doble hernia discal.
Pocos meses antes, el 23 de noviembre de 2012, el jefe del Estado había ingresado en hospital madrileño San José, del grupo Quirón, donde un equipo dirigido por el traumatólogo Ángel Villamor le había implantado una prótesis en la cadera izquierda para combatir su artrosis.
Esa misma cadera es la que ahora le ha vuelto a dar problemas de movilidad que han llevado al equipo médico de la Casa del Rey a decidir una nueva intervención.
La prótesis que Villamor la colocó en aquella ocasión sufrió un leve desajuste, que el médico resolvió sin necesidad de cirugía en menos de una hora.
Siete meses antes de la operación de noviembre, el 27 de abril de 2012, el mismo equipo médico de Villamor había solventado en el quirófano una luxación en la otra cadera, la derecha, producida al desajustarse durante una audiencia la otra prótesis recién implantada.
El traumatólogo se la había colocado el 14 de abril, después de que el Rey se fracturara en tres fragmentos la cadera derecha, afectada además de artrosis, por una caída en Botsuana durante un viaje privado para participar en una cacería de elefantes.
Había pasado más de medio año desde su anterior operación, el 4 de septiembre de 2011, en el mismo centro sanitario, para someterse a una cirugía bajo anestesia epidural por la rotura del tendón de aquiles del pie izquierdo, que no requirió hospitalización.
La tendinitis que le obligó a entrar en el quirófano le sobrevino a principios de agosto, durante su veraneo en Palma de Mallorca, poco después de que hubiera dejado las muletas que usaba mientras se recuperaba de otra operación anterior en la rodilla.
Los médicos apuntaron que el problema en su pie izquierdo podía derivarse del esfuerzo llevado a cabo durante esta recuperación de un una intervención quirúrgica en la rodilla derecha.
Se realizó el 3 de junio de ese año, también en el hospital San José y a cargo de Villamor, quien le implantó una prótesis bajo anestesia epidural.
De otra índole fue su anterior operación: el 8 de mayo de 2010, Don Juan Carlos fue intervenido en el Hospital Clínic de Barcelona para la extirpación de un nódulo en el pulmón derecho.
El análisis del nódulo descartó la existencia de células malignas, y a partir del día 11 continuó su recuperación en la Clínica Planas de la capital catalana, donde permaneció hasta el 21.
El 30 de septiembre de aquel año, la Casa del Rey anunció que se encontraba totalmente recuperado y no requeriría posteriores revisiones.
Nueve años antes, el 1 de marzo de 2001, el monarca se sometió a una cirugía para eliminar unas varices en la pierna derecha en la clínica Sant Josep de Barcelona, donde permaneció un día.
Las anteriores operaciones se debieron principalmente a lesiones deportivas, la mayoría de menor importancia, originadas por la afición del Rey a los deportes de riesgo.
En 1977, un golpe en su yate Fortuna le produjo dolores de espalda y le obligó a visitar al radiólogo en Palma de Mallorca.
Cuatro años después, el 21 de junio de 1981, se golpeó contra una puerta de cristal tras jugar un partido de squash con el tenista Manolo Santana en la pista del palacio de la Zarzuela.
Sufrió varias heridas en el tórax, muslo, antebrazo izquierdo, las manos y la nariz, por lo que tuvo que ser intervenido durante varias horas y permaneció un mes con el brazo izquierdo escayolado, ya que un cristal le había cortado el nervio radial.
La pista de esquí de la estación suiza de Gstaad fue escenario el 3 de enero de 1983 de otro accidente en el que se fisuró la pelvis en una caída.
Estuvo en cama un mes, usó bastones y un corsé pélvico durante el período de recuperación y, finalmente, el 19 de julio de 1985, tuvo que ser intervenido en una clínica de Barcelona para extirparle una fibrosis que se le había formado durante ese tiempo.
El 31 de octubre de 1988, el Monarca recibió un golpe en el ojo durante una cacería en Suecia, que le obligó a usar un colirio y ponerse gafas oscuras.
En las navidades de 1989, don Juan Carlos tuvo que ser atendido por un médico en la estación de esquí de Courchevel (Francia), tras sufrir lesiones leves a causa de una caída cuando esquiaba.
De diciembre de 1991 data otra lesión en la rodilla derecha, ocurrida cuando esquiaba en Baqueira Beret y fue derribado involuntariamente por otro esquiador.
Fue operado el día 30 de aquel año para reducirle una fractura por hundimiento de la meseta tibial externa, lo que le obligó a emplear muletas hasta abril de 1992.
Además, su historial de lesiones incluye una fisura en la zona próxima a la muñeca derecha, ocasionada tras resbalar en una placa de hielo cuando volvía de esquiar en Candanchú en febrero de 1995, que le obligó a usar en ese brazo primero una escayola y unos días más tarde la venda que con la que se le vio acudir a la boda de su hija mayor, Doña Elena, celebrada en Sevilla el 18 de marzo de 1995.