vitoria. PNV y PSE se adentran en la fase resolutiva de sus negociaciones pero, aunque llegaran a un acuerdo sobre fiscalidad, deberían empezar a buscar, al menos, un tercer socio que les permitiera aglutinar la mayoría necesaria para aprobar la reforma en las Juntas de Araba y en las de Gipuzkoa, donde no disponen del número de escaños suficiente. EH Bildu ha dejado ver sus reservas ante la posibilidad de fotografiarse con los jeltzales y ha vaticinado que el pacto carecerá de ambición, una frialdad que deja, en principio, el camino expedito para que sea el PP quien se convierta en el tercer socio, y para que comience a hacer valer sus exigencias. De hecho, tras haberse apartado EH Bildu, los populares bien podrían entender que son la única alternativa que resta a PNV y PSE para materializar la reforma y que, por tanto, están en posición de vender más caro su apoyo y no limitarse a estampar su firma en un documento previamente pactado por jeltzales y socialistas sin incluir ninguna aportación significativa del PP.

En ese sentido, el diputado general de Araba, Javier de Andrés, dio ayer un golpe sobre la mesa aprobando un proyecto de norma foral de medidas fiscales que, aunque tampoco podría prosperar sin el respaldo de la oposición, constituye un aviso simbólico de que el PP no se limitará a dar por bueno lo que pacten PNV y PSE. A pesar de sus reservas, no planteó propuestas que se alejen demasiado de los términos de la negociación entre jeltzales y socialistas. Con su aldabonazo, De Andrés deja ver el interés del PP en no quedar fuera de la fotografía, máxime después de haber perdido cierta influencia en la CAV -aunque conserva plazas relevantes como la Diputación de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz- tras el ocaso del Gobierno del cambio.

Después de que Josu Erkoreka anticipara una subida de impuestos -en las rentas altas-, el popular avisó de que no apoyará un aumento de la presión a las empresas, "que ya se encuentran muy castigadas", pero sí se abrió a debatir sobre las rentas más elevadas, lo que en principio casa con los planteamientos del PNV y el PSE. También abogó por habilitar deducciones para las familias numerosas, y exenciones del 10% en la tributación de los subsidios de los desempleados.

En cuanto al Impuesto de Sociedades, rechazó asfixiar a las empresas, pero en ese punto tampoco choca con PNV y PSE: los populares han apostado por que, una vez aplicadas las deducciones, las empresas deban pagar siempre al menos un 18%, por encima de la cifra que negocian jeltzales y socialistas que, además, contemplan incluso que ese límite pueda rebajarse en el caso de las empresas que inviertan en I+D+i o creación de empleo.