vitoria. La publicación de esta entrevista coincide con el inicio de sus vacaciones estivales después de seis meses en los que Monika Hernando ha dado un giro a su vida. La directora de Derechos Humanos y Víctimas, veterana en la defensa del primer apartado, ha tratado durante este periodo de paliar la falta de un conocimiento más profundo del colectivo de damnificados por el terrorismo. Su primera misión fue convocar una ronda de contactos con las víctimas que luego repitió con el objeto de exponerles las entrañas del Plan de Paz y Convivencia. Y lo hizo junto a su jefe inmediato, Jonan Fernández, y el coordinador en el asesoramiento a este colectivo, Txema Urquijo, las tres cabezas visibles de la apuesta del lehendakari Urkullu para liderar el camino hacia la paz definitiva y la normalización.

Este mismo equipo participó hace un mes en Madrid en la primera reunión interinstitucional que permitió calmar la agitación por los "malentendidos", como calificó entonces Hernando a las discrepancias que la gestión del Centro Memorial suscitó entre las administraciones vasca y española. Tras un punto y seguido, septiembre marcará la reanudación de todos estos frentes que la directora de Víctimas y Derechos Humanos desgrana para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

¿Puede definir en una palabra sus seis primeros meses al frente de la dirección de Víctimas y Derechos Humanos?

Intensos. Entré el 1 de febrero y tuve que ponerme a trabajar de lleno desde ese mismo día, pero la valoración es positiva. No podía decir que no al reto que se me puso delante en un momento interesantísimo de nuestro país y con un equipo que me daba mucha seguridad. Las vacaciones que cojo ahora me permitirán pensar, reflexionar sobre lo que han sido estos seis meses y, sobre todo, cargar fuerzas para el último trimestre del año, que va a ser más intenso todavía.

¿Ha seguido la hoja de ruta al pie de la letra o hay algo que se le haya quedado en el tintero en estos inicios?

Hemos ido haciendo lo que estaba previsto. La dirección es de Víctimas y Derechos Humanos, y tal vez por mi trabajo anterior tenía más contacto con proyectos que guardaban mayor relación con las vulneraciones de derechos humanos. Por eso, lo primero que hice fue establecer un contacto directo con todas las asociaciones de víctimas del terrorismo. Para mí fue fundamental y una obligación presentarme y, sobre todo, escucharles para saber de cara al futuro cómo podíamos entablar esas conversaciones de una forma fluida.

Entonces, llega a septiembre con los deberes hechos.

Lo único, aunque no deja de ser importantísimo, es que las convocatorias de subvenciones, tan importantes para las asociaciones y más en un momento en el que se están viendo afectadas por los recortes, no hayan salido publicadas. Para mí, que vengo de ese mundo y que sé perfectamente lo esta circunstancia supone para la planificación del trabajo y los planes económicos, el hecho de no haber podido cumplir con los plazos que nos habíamos propuesto para sacar las subvenciones es una espinita.

¿Cuándo tendrán las asociaciones ese dinero?

No me atrevo a poner una fecha, pero en principio serán publicadas la primera quincena de septiembre, porque son subvenciones correspondientes a este año.

¿Variarán las cantidades con respecto al año pasado?

No van a ser diferentes a las del año pasado, serán las mismas cantidades. Por eso, pueden haber planificado ya más o menos lo que van a hacer y lo que pueden presentar.

¿Cuándo se suelen recibir estas subvenciones?

Depende del año, pero normalmente antes de verano.

¿Y por qué ha existido este retraso?

Ha sido debido al cambio de estructura, fundamentalmente. Ahora estamos en Lehendakaritza, hemos cambiado de departamento... No ha habido ningún problema más allá de los meros trámites, pero han hecho que todo se retrasase.

La primera reacción del colectivo de víctimas fue poner en cuestión el liderazgo al frente de la Secretaría de Paz y Convivencia de una persona con un pasado ligado a la izquierda abertzale. ¿Ha cambiado esta percepción?

Creo que ese tema ya pasó. Puede que las asociaciones hayan tenido sus dudas, no ya por el nombramiento de nadie en particular, sino por lo que iba a pasar a partir de esta nueva etapa. Tienen sus dudas y sus propuestas, algo que considero perfectamente normal. Por eso convocamos esas reuniones, para explicarles el compromiso del Gobierno Vasco con las asociaciones, para transmitirles que se va a continuar trabajando con el intercambio de propuestas, de ideas, de aportes; discutiendo las cosas en las que no estemos de acuerdo, pero explicando todo lo que tengamos que explicar. Ya ha habido una segunda vuelta de encuentros, esta vez para explicar el Plan de Paz, y todas las asociaciones participarán con sus aportaciones en plan definitivo que se aprobará en el último trimestre.

Supongo que éste será que su caballo de batalla de aquí a final de año, ¿no?

Así es. El plazo para recibir las aportaciones finaliza el 20 de septiembre y nuestra intención es hablar con los diferentes agentes y llegar al mayor consenso posible. Sabemos que es imposible llegar a un nivel de acuerdos del 100%, pero sí conseguir un proceso en el que todos nos podamos sentir cómodos en un alto porcentaje.

Esa aspiración suena bastante más optimista que los microacuerdos a los que hizo alusión Jonan Fernández en el Parlamento Vasco.

Cómodos en un porcentaje alto de lo que es el Plan y el proceso y luego llegar a acuerdos concretos que serán micro. Si son microacuerdos y llegamos a un consenso es un éxito, si luego esos acuerdos pueden ir desarrollándose, ya se verá. Hay que recordar que el periodo para desarrollar el Plan es de cuatro años, aunque yo diría que finalmente será más tiempo.

De momento, es patente la negativa de la mayor parte de las víctimas a ejes troncales del Plan como la 'reinserción vasca'. ¿Esta antesala no mengua su optimismo?

Una cosa es ser optimistas y otra cosa es ser ingenuos. Sabemos perfectamente que tenemos que hacer un trabajo pedagógico, va a haber muchas conversaciones, habrá que cambiar cosas e iremos viendo la evolución según vayamos avanzando. Cuando sacas un plan de estas características sabes que no todo el mundo va a decir que es fantástico, pero sí somos optimistas, porque la gran mayoría ha dicho "esto es una propuesta, no comparto algunas de las cosas que aparecen, otras sí, y os vamos a hacer nuestras propias propuestas para ver cómo podemos trabajar". Si tú miras las cuestiones concretas que sobre el Plan han sacado diferentes actores tampoco son tantas. Hay un montón de cuestiones que están en el Plan y que no han sido cuestionadas.

¿Las víctimas deben participar en el proceso de normalización?

Las víctimas son un actor fundamental en el proceso, de igual forma que lo son muchos otros. Las víctimas tienen que participar, ser escuchadas y ofrecer su visión. Las instituciones tendrán que dar la suya, la sociedad la suya y los partidos la suya.

¿Derecho a voz pero no a voto?

Tienen derecho como todos los demás. Tendrán que participar en el proceso igual que las demás asociaciones que no son de víctimas. Las instituciones tendrán que escuchar a las víctimas y a otros actores y tomar las decisiones pertinentes.

¿La reconciliación de víctimas y victimarios es imprescindible para cerrar este proceso?

El perdón que puede ofrecer una víctima a su victimario es algo individual que pertenece al ámbito privado. Cada víctima tendrá que valorar desde su ámbito personal lo que estime más oportuno. Partiendo de este punto, no considero que el perdón sea una condición sine qua non para completar el proceso. Ahora bien, el requisito o no del perdón es distinto al hecho de que sea necesario hacer una revisión crítica del pasado, reconocer el daño causado y reconocer que ningún derecho fundamental, de ninguna persona, está por debajo de ninguna idea o proyecto político. El respeto de los derechos humanos de todas las personas ha de ser una base, un mínimo indispensable a partir del cual podemos y debemos construir todos juntos un futuro en el que garanticemos la no repetición de lo sucedido.

¿Y el fin de la dispersión de los presos?

El fin de la dispersión de los presos sería un gesto más en el proceso. En esta cuestión hay una parte del trabajo que se mueve más en el ámbito propositivo, ya que al no tener competencia directa en el asunto, nuestro trabajo se centra en buscar acuerdos y proponer acciones que consideramos que son oportunas y favorables al proceso.

¿Qué le parece que la familia del empresario asesinado por ETA Joxe Mari Korta elabore un decálogo sobre el final de la violencia?

No conozco el contenido de este decálogo (la entrevista se realizó la mañana del miércoles), pero la familia de Joxe Mari Korta tiene todo el derecho a elaborar una iniciativa de estas características y a participar con ella en el proceso que se está llevando a cabo.

¿Qué relación mantiene usted con el Gobierno de Madrid?

En mi caso la relación es con dos direcciones, la de Víctimas y la de Derechos Humanos. Como sabe, el pasado 9 de julio hubo una reunión en la que, entre otras cosas, se habló del Centro Memorial y está previsto que después del verano se celebre otro encuentro para el que aún no existe fecha. No obstante, en asuntos técnicos relacionados con derechos humanos la relación es casi diaria.

¿El Ejecutivo liderado por Mariano Rajoy entendería un desarme de ETA ante las instituciones vascas?

No voy a entrar en especulaciones sobre algo que carece de propuesta concreta, aunque está claro que sería positivo que ETA diera pasos.

Sortu considera que no habrá solución válida si ésta no cuenta con el aval del Gobierno español. ¿Lo comparte?

No vamos a valorar lo que digan personas de diferentes sectores o agentes. Insisto en que no valoraremos nada hasta que no exista una propuesta concreta y la veamos.

¿Pero cree que la propuesta llegará?

No sé si la habrá, pero creo que debería haberla.

La Ponencia de Paz seguirá su curso tras el parón estival. ¿Cómo valora el arranque de este foro en el que los 'populares' siguen sin estar presentes?

Seguimos confiando en que en el Parlamento Vasco hay que hablar de esto y de que poco a poco se pueda llegar a acuerdos. Los tres partidos que participan en la ponencia siguen hablando y están dando pasos. Lo que teníamos claro desde un principio es que no se puede conseguir todo en tres meses. Esperemos que se consigan más pasos a partir de septiembre; puede haber parones, se puede ir más despacio, pero esperemos que no haya pasos atrás. Jonan Fernández ya explicó que este es un proyecto de aquí al final de la legislatura.

¿Qué validez otorga a unos acuerdos que, si todo sigue igual, no contarán con la participación del PP?

Si el PP sigue sin estar en la ponencia en septiembre y se consiguen acuerdos sin que estén, seguiremos trabajando para que todas las formaciones estén presentes.