Donostia. ¿Le parece normal que no haya responsabilidades políticas en el 'caso Cabacas' y que haya que esperar a una sentencia judicial para ello?
Nosotros no somos competentes para determinar responsabilidades penales, ni tampoco para las políticas. Pero sí nos corresponde determinar si la Administración actuó o no correctamente, si hubo o no antes de la actuación policial protocolos de prevención que determinasen con precisión cómo había que hacer uso de la fuerza, cómo había que disparar las pelotas de goma? Pudiera ocurrir que no se puedan determinar las responsabilidades penales porque no haya pruebas de cargo suficientes, pero es de sentido común que aquello no tuvo que ocurrir.
¿Por qué pasó aquello?
Han de regularse con exhaustividad los protocolos, el uso de la fuerza ha de ser el último recurso a utilizar y que siempre ha de estar justificada, tiene que ser razonable y tiene que ser proporcional. Además, siempre tiene que haber elementos que permitan una investigación pronta y eficaz, porque no todos los casos son ilícitos penales necesariamente, pero sí puede ser un caso de la mala administración, de mal uso de la fuerza.
¿Espera que se den esas explicaciones antes de la sentencia judicial?
Pues no. Esas explicaciones se nos fueran negadas y, por lo tanto, tuvimos que cerrar el expediente y dar cuento de ello al Parlamento Vasco.
¿En qué ha notado el Ararteko el final de la violencia de ETA?
En primer lugar en que miles y miles de ciudadanos y ciudadanas vascas que estaban amenazadas han dejado de estarlo; que muchos centenares de personas que vivían con escolta, entre ellos yo, nos hemos visto liberados de la tutela de los escoltas y hemos recobrado la plena libertad; y además ha posibilitado que se abran nuevas vías, dificultosas eso sí, para que podamos arribar a un escenario donde todos los derechos humanos estén garantizados y donde los derechos de todas las víctimas de todos los grupos terroristas estén reconocidos.
¿Esto se soluciona solo con la entrega de armas y la disolución de ETA o tienen también que actuar los gobiernos?
En el fenómeno de la violencia terrorista, la que ha ejercido ETA y la de otros grupos, la dimensión más terrible es la existencia de algunas personas que mataban o amenazaban a otras. Esto ha desaparecido, pero hay otra dimensión también importante: un sector de la sociedad vasca que no condenaba esta conculcación flagrante de derechos humanos, incluso era condescendiente con la violencia, y eso tiene que ver con los valores, con actitudes, con ideas que esas personas han tenido. Sobre esto también hay que trabajar y hablar a calzón quitado dentro de la sociedad vasca.
¿ETA debe seguir dando pasos de manera unilateral?
ETA debe disolverse de manera incondicional, porque es un agente vulnerador de derechos humanos.
¿Está la situación lo suficientemente madura como para que los presos de ETA acepten una reinserción individual sin que puedan ser considerados unos traidores?
Es una situación compleja en la que se mezclan circunstancias personales con las circunstancias familiares y de entorno político. Hay una vía Nanclares en la que están participando bastantes presos. Los elementos que configuran esta vía son muy positivos, pero acogerse a ella es una opción individual. A nivel general habría que hacer el esfuerzo desde los poderes públicos para que las condiciones sean lo más propicias posibles para que las situaciones de los presos se corresponden lo mejor posible con una interpretación lo más favorable posible a los derechos de estas personas presas.
¿Por ejemplo, un acercamiento a las cárceles de Euskadi?
Tendría mucha importancia que los presos de ETA sean acercados a las cárceles del País Vasco o próximas para que los familiares y amigos no tengan que hacer tantos kilómetros con el peligro que ello acarrea. Esa carga no debe ser asumida por los familiares.
¿La corrupción es sistémica o se trata de casos puntuales?
Estoy convencido de que no es un fenómeno generalizado. La inmensa mayoría de las personas que ocupan cargos públicos y de representación de la ciudadanía está muy lejos de la corrupción. Pondría la mano en el fuego. De todas formas, es constatable el alejamiento entre la ciudadanía con respecto de las instituciones. Urge un esfuerzo entre todos para recobrar la plena confianza entre la ciudadanía y los políticos. No sé lo que habría hacer, no tengo la varita mágica, pero que tiene ser a través de la participación y el diálogo.
Las instituciones y los gobiernos que hay en Euskadi son lo suficientemente transparentes?
Siempre se pueden mejorar las cosas, pero afortunadamente en la agenda de las instituciones vascas está el principio de la transparencia plena, de manera que el ciudadano pueda hacer uso pleno del derecho al acceso a la información, que pueda saber todo lo que las instituciones hacen, en qué gastan los dineros? Pero además de la transparencia es muy importante tener mecanismos eficaces para cortar de raíz cualquier situación de corrupción y para eso necesitamos leyes más eficaces, una revisión de la prescripción en casos de corrupción (los delitos asociados a la prescripción no deberían de prescribir) y que las fiscalías y los juzgados tengan medios más eficaces.
El ombudsman de la CAV aboga por revisar la prescripción en los casos de corrupción. Foto: rubén plaza
"Miles de ciudadanos amenazados que vivían con escolta, entre ellos yo, ya no lo estamos
con el anuncio de ETA"
"En el 'caso Cabacas' pudiera ser que no haya pruebas suficientes, pero es de sentido común que aquello no debió ocurrir"