Vitoria. Es la hora de "sacar músculo", afirmaba ayer la dirección UPN tras seis meses de agonía, con una presidenta del partido y del Gobierno navarro bajo la lupa del escrutinio público y de la justicia con motivo del cobro de las dietas de la Permanente de Caja Navarra. El cierre el miércoles por el Tribunal Supremo de la causa abierta contra Yolanda Barcina ha dado pie a la formación regionalista para poder presumir de fortaleza como partido y de honradez en su acción política e institucional, además de aprovechar las circunstancias para cargar contra el nacionalismo. Este punto final de las desventuras judiciales de la presidenta del Ejecutivo foral abre además una nueva etapa, en la que, por lo visto ayer, UPN trata de devolver al gabinete de Barcina la estabilidad perdida hace algo más de un año con nuevos guiños al PSN.

El encargado de dar a conocer la postura de los regionalistas fue el secretario de Organización y Comunicación de UPN, Sergio Sayas, quien afirmó en rueda de prensa que su formación regionalista está "más fuerte que nunca" y "puede seguir enarbolando la bandera de la honradez". Insistió en que UPN siempre ha defendido la actuación "ética, moral, honrada y legal" de sus representantes en Caja Navarra aunque, reconoció, algunas decisiones tomadas en la entidad hayan podido ser erróneas, como el sistema de dietas.

"Yo no sé si habrá en España un partido tan honrado como UPN, pero más, ninguno", sentenció Sayas, para quien "no hay ni un solo partido que pueda darle a UPN ni media clase de ética ni de moral, y lo hemos demostrado a lo largo de más de 35 años de andadura".

Una vez fijado el cierre de filas, llegó el turno de señalar al responsable de los males de los regionalistas. "Cada vez que UPN da un paso adelante, el nacionalismo da un paso atrás", decía a manera de preámbulo. Sayas criticó la "cacería" contra UPN que, a su juicio, ha sido "orquestada y dirigida por la izquierda abertzale y por UPyD", que han pedido la dimisión de la presidenta, han presentado "con el apoyo de otros partidos" una moción de censura en el Parlamento foral y "han vertido valoraciones y juicios que han tratado de echar por tierra la presunción de inocencia y el derecho al honor".

Estas formaciones, según incidió, "no pretendían solamente acabar con Yolanda Barcina, con Miguel Sanz o con Enrique Maya", sino que también "pretendían acabar con UPN y con lo que UPN representa", al ser el partido regionalista "el bastión sobre el que se sustenta una idea de Navarra que repudian, combaten y tratan de cambiar".

"No cuestionar a Barcina" Por último, UPN considera que una vez pasado "este capítulo", en el que la presidenta del Ejecutivo foral ha estado a punto de ser imputada, "queda hablar de la estabilidad de Navarra", porque "ya no hay excusas para tratar de cuestionar a la presidenta del Gobierno". Con esta afirmación, Sayas aludía a la situación de minoría política en que se encuentra la presidenta Barcina, sin capacidad de acuerdo con la oposición, desde que hace poco más de un año rompiera su acuerdo de coalición con PSN. Los regionalistas volvieron a lanzar un guiño a los socialistas, aun sin nombrarlos expresamente, ya que se dirigieron a los partidos que "creen en el Amejoramiento y la Constitución", a los que instó a tener "alturas de miras".

En una entrevista a Onda Vasca, el coordinador de Aralar, Patxi Zabaleta, instó a UPN y PSN a apoyar ahora la creación de una comisión de investigación en el Parlamento navarro, "a la que siempre se han negado", después de que el Tribunal Supremo dejara la puerta abierta "al reproche ético, moral y político" por el cobro de las dietas de Caja Navarra.