BILBAO. "Hace años nosotros describíamos algo poco democrático o poco legal con la expresión despectiva es una república bananera, y eso es lo que piensan en el extranjero de España ahora mismo". La percepción pertenece al nuevo rector de la Universidad de Deusto, el jesuita José María Guibert, quien considera que el Estado arrastra "un problema nacional de falta de ética y calidad democrática". Así lo suscribe en una entrevista concedida a la agencia Efe, donde desgrana el manifiesto difundido el pasado 11 de julio por las universidades de los jesuitas, y que se titula Por la regeneración democrática de la vida pública en España. Declaración que se remitió a Rajoy, a sus ministros y a todos los grupos parlamentarios.

A su entender, la causa de la necesidad de esa "regeneración democrática" es necesario buscarla en la década de los años 80 del siglo pasado cuando "unos partidos y otros, las empresas y las administraciones entraron en una dinámica que es mala para la cultura, los valores y también para la economía". Guibert precisa que en la actualidad España "está a la cola" en indicadores de transparencia y calidad de gobernanza, según consta en numerosos informes europeos que estudian estos ámbitos. "En corrupción hay dos niveles: ético, de no usar las cosas que no deben usarse, y económico, dejar de ser eficiente... Parte de la crisis económica de España ha podido ser debido a esto", zanja.

El rector alude también a polémicas decisiones adoptadas recientemente por el Gabinete Rajoy, como la intención del Ministerio de Educación de subir la nota exigida para conceder una beca de ayuda al pago de matrícula. Aunque entiende que "es bueno" que se exija un esfuerzo a los estudiantes, precisa que si solo se valora la nota y no se compensa a quien tiene menos posibilidades económicas "la cohesión social queda dañada". "Debemos tener en cuenta que quien está más castigado social y económicamente, es más difícil que disponga de un tiempo tranquilo para estudiar", aclara. "El hecho de que se fije una nota de mérito debe ir siempre acompañado de medidas compensatorias para no discriminar a quien socialmente tiene más dificultades para estudiar", insiste.

En relación al uso del dinero público, Guibert se refiere igualmente a la financiación de la universidad y tras argumentar que el gasto en educación es una inversión de futuro, resalta que Deusto defiende que dicha financiación se vincule a la calidad académica, docente e investigadora, en vez de a la titularidad pública o privada del centro. "Las universidades que aporten retorno social deben ser apoyadas económicamente sean públicas, de iniciativa social o privadas", proclama.

El manifiesto trasladado a Rajoy aboga por una separación de los poderes públicos más efectiva y real, con especial énfasis en la independencia del poder judicial; y que los partidos y los poderes públicos se sometan a una regulación clara y exigente de la transparencia.

El jesuita José María Guibert, en su despacho de la Universidad de Deusto. Foto: efe