El Cairo. Los partidarios del depuesto presidente Mohamed Mursi tomaron ayer las calles de El Cairo para exigir su regreso al poder, con multitudinarias marchas salpicadas por disturbios esporádicos. En el denominado viernes de la victoria, decenas de miles de personas se concentraron en las plazas de Rabea al Adauiya y de Al Nahda, entre fotografías de Mursi y pancartas contra el golpe militar que lo depuso el pasado 3 de julio. Numerosas marchas se dirigieron desde varias mezquitas hacia estas plazas, epicentro de las protestas islamistas, mientras que otras lo hicieron hacia lugares sensibles como la sede de la Guardia Republicana o del Ministerio de Defensa.

Frente a la sede de la Guardia Republicana, murieron el pasado día 8 un total de 51 personas y más de 400 resultaron heridas en choques entre islamistas y miembros del Ejército egipcio. En este sentido, las Fuerzas Armadas advirtieron la noche del jueves de que quienes recurran al "vandalismo contra instalaciones militares o perjudiquen la paz social pondrán su vida en peligro". Al comienzo de la jornada de protestas, tras el rezo del mediodía, ya se registraron pequeños disturbios cerca del Ministerio de Defensa, así como frente a la mezquita de Al Azhar. Allí fueron detenidas trece personas y la policía tuvo que intervenir para contener los choques entre seguidores y partidarios del golpe militar, informó la agencia oficial Mena.

La tensión era elevada ante eventuales sucesos mortíferos como los de días anteriores, cuando las protestas derivaron en enfrentamientos nocturnos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. También se temía un posible choque entre partidarios y detractores de Mursi, ya que estos últimos convocaron manifestaciones al caer la noche, tras la ruptura del ayuno de ramadán. Las protestas a favor y en contra de Mursi coinciden ayer con el aniversario, según el calendario musulmán, de lo que en Egipto se considera la victoria en la guerra de 1973 contra Israel (conocida como Guerra del Yom Kipur o de Ramadán), de ahí que ambos bandos hayan denominada a la jornada viernes de la victoria. En un discurso con motivo de este aniversario, el presidente interino, Adli Mansur, prometió el jueves restaurar la estabilidad en Egipto y "llevar la batalla por la seguridad hasta el final".

Detenidos Mientras, las autoridades egipcias trasladaron ayer a ocho dirigentes islamistas a una zona de alta seguridad de la cárcel cairota de Tora en la que están detenidos. Una fuente de seguridad informó de que el cambio ha afectado, entre otros, al números dos de los Hermanos Musulmanes, Jeirat Shater; al presidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la cofradía, Saad Katatni, y al líder salafista Hazem Abu Ismail.

Todos ellos, junto con otros dirigentes de la Hermandad, se encuentran en la cárcel de Tora desde que fueron detenidos tras el golpe militar que depuso a Mursi, el pasado 3 de julio. La fuente aseguró que el traslado se efectúo en previsión de que los seguidores de Mursi intenten irrumpir en la prisión para liberar a los dirigentes.

Por su parte, la agencia oficial Mena justificó la decisión por las obras de mantenimiento que se llevan a cabo en la sección de la cárcel donde permanecían detenidos. El miércoles pasado, la Fiscalía General de Egipto renovó la prisión preventiva por quince días a estos ocho dirigentes islamistas, acusados de instigar al asesinato de manifestantes durante los recientes disturbios.