bilbao. Cuando falta menos de un año para que se celebren las elecciones europeas -está previsto que tengan lugar entre el 22 y el 25 de mayo de 2014- , PNV y CiU apuestan por reeditar la Coalición por Europa, una lista en la que jeltzales y convergentes ocuparon los primeros puestos, pero en la que también se integraron formaciones como Coalición Canaria, Unió Mallorquina o Partido Andalucista, entre otros. Así se desprende de la reunión que mantuvieron ayer en Sabin Etxea el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV Andoni Ortuzar y el portavoz de CiU en el Congreso y líder de Unió Democrática de Catalunya Josep Antoni Duran i Lleida. En la primera cita entre ambos desde que Ortuzar tomara el relevo de Urkullu al frente de la formación jeltzale, ambos dirigentes nacionalistas abogaron por reeditar un pacto entre dos sensibilidades políticas tradicionalmente aliadas, pese a que en los últimos meses, y con la relajación del déficit como fondo, las relaciones no habían atravesado por su mejor momento.
Sin querer dar como cerrado un pacto que la dirección de ambas formaciones deben ratificar de manera oficial, Ortuzar y Duran se lanzaron una serie de guiños que, de entrada, no vienen sino a confirmar que pese a las diferencias que hayan podido existir entre PNV y CiU, y con la vista puesta en el Parlamento Europeo, para ambos la mejor opción es unir fuerzas. "El PNV está muy a gusto y muy cómodo en la coalición con CiU y nuestro objetivo sería reeditarla", afirmó Orturzar. Duran también explicitó cuáles son sus aspiraciones y aunque afirmó que todavía no ha hablado del asunto con el president de las Generalitat y líder de Convergencia Artur Mas, aseguró que "a mí como persona y como Unió me costaría mucho ver una candidatura sin ir con el PNV". Eso sí, se reafirmó en que no se trata de una postura oficial, sino personal porque -añadió- "es el espíritu y el ánimo de mi partido, de Unió".
Esta declaración de intereses viene a dar por zanjadas las turbulencias que en los últimos meses han presidido las relaciones entre el Gobierno Vasco y la Generalitat y, por extensión, entre el PNV y CiU.
La chispa que prendió la mecha fue la decisión de Bruselas de flexibilizar el límite de déficit para 2013. La posición mantenida por el Gobierno Urkullu chocó de frente con la exigencia catalana de lograr un déficit asimétrico entre todas las comunidades. Para el Ejecutivo vasco, en contraposición de los intereses de la Generalitat presidida por Artur Mas, sería un contrasentido que el Gobierno español premiara a las comunidades que no han cumplido, permitiéndoles un mayor déficit. De todos modos, el propio Urkullu zanjó esta polémica cuando la pasada semana en la entrevista que concedió a ETB dejó claro que Euskadi y el Gobierno español negociarán bilateralmente -de tú a tú- la relajación del déficit, sin tener que estar sujetos a los intereses de otras comunidades, incluida Catalunya.
En CiU tampoco llegaron a entender que el PNV no mostrara una inquebrantable adhesión a la apuesta soberanista de Mas, cuando la formación jeltzale, aun aplaudiendo las aspiraciones catalanas, dejó patente que cada país es diferente y emprenderá su propio camino.
Estas divergencias parecen ya superadas y en lo que sí coinciden tanto PNV como CiU, según expresaron ayer Ortuzar y Duran, es en advertir de la peligrosa deriva recentralizadora que se está dando en Estado desde la llegada a La Moncloa del PP. Algo que, a su juicio, "está poniendo más en evidencia el modelo actual de Estado".