Washington. El presidente de EE.UU., Barack Obama, instó ayer al Senado del país a dejar atrás "las excusas" en el debate sobre la reforma migratoria y aprobarla cuanto antes, durante su discurso semanal por radio y televisión de los sábados. El mandatario aseguró que hay un creciente consenso entre los republicanos, los demócratas y los líderes laborales de que "ahora es el momento de aprobar este proyecto de ley", y pidió a los estadounidenses que contacten a sus senadores y representantes para subrayar esa idea. "Díganles que se acabó el tiempo para las excusas, que es hora de arreglar de una vez y para siempre nuestro sistema de inmigración, que no funciona", indicó Obama. "Podemos lograrlo, porque somos una nación de leyes y una nación de inmigrantes, un lugar enriquecido por las contribuciones de gente de todas partes del mundo, y por eso somos más fuertes. Esa ha sido la historia de los Estados Unidos desde el comienzo. Mantengámosla así", destacó.
El Senado de EE.UU. ha debatido durante toda la semana el proyecto de reforma y sus enmiendas, y su objetivo es cerrar el próximo jueves la discusión sobre toda la reforma migratoria, mientras que en la Cámara de Representantes aún no ha comenzado el debate al respecto.
La discusión en el Senado se centra en el tema de la seguridad fronteriza, que podría cerrarse gracias a una enmienda presentada por dos senadores republicanos, John Hoeven y Bob Corker, y que se votará mañana lunes.
Como condición para la residencia permanente para los once millones de indocumentados, la medida establece un "plan de refuerzo" en la frontera, con la duplicación a 40.000 del número de agentes federales, la construcción de un muro en 1.126 kilómetros, y el uso de equipos de alta tecnología, incluyendo helicópteros, radares y aviones no tripulados. Obama aseguró que la reforma entraña "un sistema de inmigración legal más sensato, un camino a ganarse la ciudadanía, una economía creciente y más vibrante que sea más justa para la clase media, y un futuro fiscal más estable para nuestros hijos". "El proyecto de ley no es perfecto. Es una concesión. Nadie va a conseguir todo lo que quiere; ni los Demócratas, ni los Republicanos, ni yo", señaló.