VITORIA. "Bienvenida sea, señora Quiroga, a esa interpretación de lo que es una Policía integral, la Ertzaintza. Ya era hora después de 30 años, de todas las piedras en el camino que han puesto ustedes desde el Gobierno español en legislaturas anteriores y en la presente también para que la Ertzaintza pueda ejercer como Policía integral", se felicitaba ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu. Y es que el Pleno de control del Parlamento Vasco vivió otro muestra de lo complejo que será el camino en la búsqueda de esos microacuerdos que reclamó el secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, en torno al recientemente presentado borrador del Plan de Paz. Hasta el punto de que Urkullu no dudó en afirmar que el PP "está condicionando" el trabajo en torno a esta cuestión -en la ponencia parlamentaria, en la que los populares no tienen intención de entrar por lo menos hasta otoño y también respecto a este documento- "por una cuestión política con la izquierda abertzale".
Fue ayer la iniciativa de ese documento relativa "al compromiso social de la Ertzaintza por la convivencia y los derechos humanos" el motivo de la controversia; la "moneda de cambio" -llegó a reprochar la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, al lehendakari- para "contentar al mundo de Batasuna y aplacar así su beligerancia histórica con los cuerpos policiales".
Tanto PP como UPyD interpelaron a Urkullu sobre esta iniciativa incluida en el borrador del Plan de Paz -como insistió en recordar el lehendakari, abierto a aportaciones durante los próximos tres meses-, que tiene entre sus objetivos "contribuir en este nuevo contexto sociopolítico a consolidar una cultura de paz, convivencia y respeto a los derechos humanos". El parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, no ahorró calificativos al entender que la propuesta "denigra a la Er-tzaintza sólo para dar satisfacción al mundo de Batasuna".
Quiroga echó mano de unas palabras del que fuera consejero de Interior Juan María Atutxa relativas a la Policía vasca -"una Policía integral, surgida del pueblo vasco y que lucha contra todos los delincuentes, estén o no, agrupados entorno a unas siglas"-, para hacer un recorrido de los hitos de este cuerpo policial en la lucha contra ETA y de los atentados sufridos y acabar preguntando a Urkullu "qué pensarían Jose Antonio Agirre, Manuel Irujo, Jesús María Leizaola, Juan Ajuriaguerra de su Gobierno demostrando tan poca sensibilidad hacia un cuerpo, un símbolo por el que tanto pujaron y lucharon".
Un recurso a referentes históricos del PNV que, de algún modo, sirvió para remitir el debate a tiempos pasados. No hace tanto, en la misma Cámara era otro consejero de Interior que ayer no fue mencionado, Javier Balza, el que se quejaba amargamente de las consecuencias para la eficacia en la lucha antiterrorista del veto impuesto desde el Gobierno de Madrid a la presencia de la Ertzaintza en el Acuerdo de Schengen en respuesta, por ejemplo, al hoy delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, que le reprochaba en un debate el "balance paupérrimo" de la Policía vasca en la lucha contra ETA.
Eran otros tiempos -del mencionado toma y daca se cumplen ahora seis años-, pero Urkullu no dejó pasar la oportunidad de subrayar el reconocimiento que ayer hacía el PP al carácter "integral" de la Er-tzaintza, "después de todas las piedras en el camino que han puesto ustedes desde el Gobierno español en legislaturas anteriores y en la presente también para que la Er-tzaintza pueda ejercer como una Policía integral".
A partir de ahí, mostró su "sorpresa" por que esta iniciativa se haya interpretado como un cuestionamiento a la Ertzaintza y criticó tanto a Maneiro como a Quiroga la intención de presentarla como un gesto hacia la izquierda aber-tzale: "Qué empeño, cuando además se tira de titulares publicados en prensa escrita en referencia a los guiños a la izquierda abertzale que tiene este plan, para que luego venga la izquierda abertzale esta misma semana y nos diga lo contrario".
Reunión del acuerdo del Carlton No fue la única interpelación relativa al tema de la Paz y la Convivencia durante el Pleno de ayer. La socialista Isabel Celaá preguntó a su sucesora al frente de la consejería de Educación, Cristina Uriarte, sobre el parón que desde enero se ha producido en el programa de testimonios de las víctimas del terrorismo en las aulas. Según declaró Uriarte, el programa continuará el próximo curso y se pretende "mejorar y completar el catálogo" de testimonios, al tiempo que anunció que la próximo semana se celebrará una reunión con los firmantes del Acuerdo de Carlton, básicamente agentes de la comunidad educativa, para presentarles el Plan de Paz y Convivencia especialmente en lo relativo a su ámbito.