belfast. El frío y la lluvia pusieron ayer a prueba el espíritu contestatario de las casi 2.000 personas que se manifestaron en Belfast, entre extraordinarias medidas de seguridad, contra el Grupo de los Ocho (G8), que se reúne a partir del lunes en Irlanda del Norte.
El Servicio de Policía de Irlanda del Norte había estimado una participación de 10.000 personas, pero las malas condiciones climatológicas rebajaron significativamente esa cifra hasta unas 2.000, según fuentes policiales.
Ante el ayuntamiento, la presidenta del Congreso de Sindicatos Irlandeses, Pamela Dooley, aseguró que la "obligación" del movimiento de los trabajadores y de la sociedad civil es "unirse y exigir" una nueva "manera" de dirigir el mundo. También el director de Amnistía Internacional en Irlanda del Norte, Patrick Corrigan, recordó que los "niños en Siria" no quieren "más pistolas y misiles" suministrados por el G8, sino que ansían lo mismo que "cualquier niño de Irlanda del Norte, paz". El activista también pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, que respete el derecho a la libertad de expresión y saque de la cárcel a las integrantes del dúo punk Pussy Riot, mientras que al presidente estadounidense, Barack Obama, le instó a cerrar Guantánamo.