PALMa. El hecho de que la empresa Aizoon, propiedad al 50% de Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, no tuviera en nómina a ningún trabajador pese a haber declarado que tuvo hasta 20 asalariados podría traer al duque de Palma problemas. Y es que según aseguraban ayer varios medios estatales, la Fiscalía estaría sopesando incluir un cuarto cargo contra Urdangarin, el de fraude a la Seguridad Social, que se sumaría a los otros tres por los que ya está siendo investigado en el caso Nóos: dos fraudes a la Hacienda Pública por los cuantiosos ingresos de consejero que facturó a través de Aizoon y otro por el impuesto de sociedades de esta misma empresa. La pregunta sin responder es por qué ese supuesto fraude se circunscribiría en exclusiva a Urdangarin cuando Cristina de Borbón también era propietaria de Aizoon y entre los supuestos asalariados estaba casi todo el personal que trabaja en la vivienda del matrimonio.
La posibilidad de abrir este nuevo frente judicial se concretó el pasado lunes cuando el supuesto testaferro del duque de Palma, Mario Sorribas, se desdijo ante el juez Castro de su primera declaración para reconocer que en Aizoon no había nadie contratado. Esta nueva versión tira por tierra los testimonios del duque de Palma, que en sede judicial había asegurado que sí había trabajadores en su empresa y que incluso le habían ayudado a hacer varios estudios de mercado.
"ni idea" El abogado de Iñaki Urdangarin, Mario Pascual Vives, dijo no tener "ni idea" al ser preguntado acerca de la posibilidad de la imputación de este cuarto delito fiscal a su cliente.
Esta respuesta sorprende cuando en Aizoon figuraron, en total, más de veinte supuestos empleados de los que la mitad aparentó ejercer labores concretas de apoyo a Urdangarin en sus tareas de asesor de multinacionales y en tareas domésticas.
Para la acusación la inmensa mayoría fueron trabajadores ficticios "cuya contratación ayudaba a restar impuestos y obtener beneficios a su propiedad, devoluciones, deducciones y exenciones de forma indebida". "Aizoon no tenía una actividad real económica, solo una ficción laboral", mantiene la acusación.
En la correspondencia incluida en el sumario del caso hay comunicaciones de la secretaria de Iñaki Urdangarin, Julia Cuquerella, que pregunta a su interlocutor si se conocía a alguien que quisiera estar de alta y cotizar. La hermana de Cuquerella, Olga, la asistente de Julita, y su nuera fueron incorporadas.