vitoria. Tres horas y cuarto de reunión fueron necesarias para comenzar a desbrozar un camino cuya meta está encabezada por la reforma fiscal que permita reforzar la lucha contra la crisis. Las dificultades para completar en el plazo de un mes el recorrido iniciado ayer todavía son numerosas, según se desprende de las diferentes visiones que los partidos mantienen sobre el grado de acuerdo que podría materializarse en próximos encuentros, pero el Gobierno Vasco y el PNV lo tienen claro: "es posible".

Así de rotundo se mostró el líder del partido jeltzale, Andoni Ortuzar, al ser cuestionado sobre esta posibilidad. Los escollos a batir son dos, porque a la necesidad de acuerdo que requiere la formación nacionalista para esquivar su situación minoritaria en el Parlamento Vasco se le añade la celeridad de la empresa. Junio es el mes en el que debe estar fraguado el pacto para que la reforma fiscal entre en vigor a partir del próximo año, tal y como explicó Ortuzar tras detallar un recorrido cronológico que debería comenzar el próximo mes. Solo así, según explicó el presidente de Euzkadi Buru Batzar, se alcanzaría el 15 de octubre -fecha límite para celebrar el Consejo Vasco de Finanzas en el que se detalla la previsión de ingresos para el siguiente ejercicio- con los deberes hechos.

El encuentro de ayer también supone un banderazo de salida a través del que el lehendakari, Iñigo Urkullu, activará la búsqueda de aliados. Y es que en el Ejecutivo autonómico no quieren ni oír hablar de una nueva falta de apoyos que, al igual que sucedió en la negociación de los Presupuestos de este año, eche al traste los esfuerzos por aumentar cualquier impulso posible contra los severos efectos de la crisis.

En este camino, el histórico encuentro que reunió a todas las fuerzas con representación en el Parlamento Vasco en Lehendakaritza -Ajuria Enea fue el primer emplazamiento previsto pero se reservó para la reunión institucional que tuvo lugar la semana pasada- supuso un cambio respecto a las sintonías que hasta ahora habían predominado desde el inicio de la legislatura.

Al contrario de lo acontecido desde diciembre, los socialistas se presentan ahora como principales candidatos a cerrar un acuerdo que, vistos los números en la Cámara vasca, permitiría al Gabinete de Urkullu sacar adelante la reforma fiscal; una demanda, por otra parte, que ha acompañado al discurso del partido liderado por Patxi López desde antes de que abandonara Lehendakaritza.

En este sentido, el PSE aligeró el tono de la férrea crítica al Gobierno Vasco enarbolada tanto por el secretario general de este partido, Patxi López, como por el resto de los primeros espadas de esta formación desde la cita con las urnas en las que Urkullu resultó vencedor y socialistas y populares no obtuvieron los réditos suficientes como para renovar su pacto por el cambio de 2009.

"cocina política" López llegó al encuentro de ayer con la advertencia de que sería muy complicado alcanzar un acuerdo dada la escasa "cocina" política que había constatado en las últimas fechas. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, quiso recoger este guante en su intervención matutina, tras la reunión semanal del gabinete, y con el mismo símil gastronómico anunció que la reunión serviría para poner "los ingredientes sobre la mesa".

Y parece que son del agrado de ambas fuerzas, que a partir de ahora acercarán posturas en las reuniones bilaterales que darán continuidad a los contactos iniciados ayer por el jefe del Ejecutivo. "Parece que la cocina que hacía falta la vamos a hacer después", señaló el exlehendakari.

Socialistas y jeltzales no parten de cero en esta materia, como recordó el presidente del EBB. Todas las reformas fiscales experimentadas en Euskadi han contado con la participación de estas fuerzas, pero además en este mismo ejercicio PNV y PSE abordaron un acercamiento en materia fiscal con diversos contactos que se frenaron hace un par de meses. La negociación infructuosa de las Cuentas de 2013 puso fin a estas reuniones, pero el trabajo sigue siendo un activo que se puede aprovechar para acelerar los plazas de la negociación ante la cercana meta de junio.

La predisposición y la voluntad de López al acuerdo tuvieron gran parte de culpa en el "moderado optimismo" que Ortuzar explicitó ante los medios de comunicación tras el encuentro, aunque el líder jeltzale no cerró puertas a pactos con otras fuerzas. Constató una postura "un poquito más abierta" de EH Bildu, pese a las críticas que la "falta de propuestas" de lehendakari obtuvo como respuesta por parte de la portavoz de la coalición soberanista, Laura Mintegi.

El presidente del EBB tampoco quiso enterrar las demás vías que PP y UPyD representan. No obstante, ambos partidos se alejaron del acuerdo y reclamaron al lehendakari que traslade la búsqueda de pactos al Parlamento Vasco.