Juan rené maureira

vicepresidente de la corporación paine (memorial de paine/chile)

"Queremos rearticular una comunidad dividida tras la dictadura de Pinochet"

Con el Memorial de Paine, Chile mira su pasado de frente, no como un acto de nostalgia sin sentido, sino con sentido de futuro. Como dijo Bachelet en su inauguración, "porque recordamos nuestro pasado estamos capacitados para proyectar nuestro futuro".

C. Lago

bilbao. ¿Cómo define este proyecto?

El Memorial de Paine es un proyecto que se inició en el año 2000 tras un proceso largo de construcción porque fue levantado por personas involucradas en los hechos, por familiares de los detenidos, desaparecidos y ejecutados de la comunidad. Un total de 70 personas secuestradas y ejecutadas en el año 73 por parte de la dictadura de Pinochet.

¿El objetivo fundamental es reivindicar la reparación y justicia de las víctimas?

Para nosotros es muy importante que sea un espacio de promoción de la memoria y de los derechos humanos. Pero el memorial también se plantea como un espacio, no solo para la reivindicación de las víctimas, sino como un lugar para el reencuentro y para la rearticulación de una comunidad que quedó muy afectada y dividida tras la dictadura. Porque las relaciones sociales quedaron destruidas por efecto del miedo y el terror.

¿Están consiguiendo esos propósitos?

Para ser sincero, es un proyecto que no está exento de dificultades, teniendo en cuenta que ha sido un proceso largo y que el memorial no cuenta actualmente con una financiación estable para su funcionamiento, con lo cual la mayoría del trabajo que se realiza corre a cargo de la propia asociación de familiares de detenidos y desaparecidos y por un equipo de voluntarios. Eso ha provocado que durante los primeros años, el uso del espacio fuera básicamente para la conmemoración.

Pero ustedes pretenden ir más allá ¿verdad?

Sí, nosotros en los últimos años hemos tratado de involucrar mucho más a la sociedad. Como consecuencia de la dictadura, Paine fue una comunidad que quedó muy afectada y muy dividida. Por eso lo de involucrar tiene que ver con intentar que aquellos sectores que, en su momento, se desentendieron de la tragedia que estaba ocurriendo, conozcan la historia y podamos abrir discusiones y debates sobre consensos éticos mínimos a los cuales queremos llegar. Consensos que tienen que ver con los derechos de las personas, el respeto a la vida y el respeto a los proyectos políticos y sociales. Porque nosotros no solo queremos rescatar la memoria de las víctimas sino también la memoria de los proyectos de movilización y de mejora de vida de los campesinos, los que ellos levantaron. Es un memorial para que las personas se sientan partícipes de la significación del espacio.

¿Cuentan con muchas visitas?

Desarrollamos actividades permanentemente, pero nuestro memorial está localizado en una zona rural de Santiago y el flujo de visitantes es menor que en los memoriales de la capital. Aunque constantemente tenemos personas que se interesan en él y programas educativos concertados con las escuelas del país.

Un grupo de parlamentarios vascos también acudió a ver la experiencia.

Tuvimos su visita hace menos de un año. Yo mismo les atendí, acompañado por las personas de la agrupación de familiares de detenidos y desaparecidos. Tuvimos un acto de conversación e intercambio muy ameno, algo muy cercano en el que ellos pudieron conocer de primera mano lo ocurrido a través de testimonios, por ejemplo, de algunas viudas. Fue un encuentro muy emotivo.

Juan René Maureira. Foto: dna